TOP HAT 2012 CD
El año 1935, la RKO estrenaba una película con Fred Astaire y Ginger Rogers titulada “Top Hat” (Sombrero de copa), que con el tiempo se convertiría en un clásico del cine, por la maravilla de sus canciones compuestas por Irving Berlin, así como por la química entre Astaire y Rogers, pareja de culto donde las haya.
Aquella antígua película en blanco y negro, se ha rescatado como musical teatral, añadiendo más canciones del mismo compositor que tras varios meses de gira por el Reino Unido, actualmente está en cartel en el Aldwych Theatre de Londres, con Tom Chambers y Summer Strallen, dando vida a la mítica pareja. Cuando estuve en el teatro ya estaban recogiendo peticiones para el CD que estaba grabándose. El disco ya está en la calle. De momento se puede pedir en las tiendas especializadas. Los temas incluidos son:
1. Overture
2. Puttin’ On the Ritz
3. No Strings (I’m Fancy Free)
4. No Strings (Reprise)
5. I’m Putting All My Eggs in One Basket
6. Isn’t This A Lovely Day (To Be Caught in the Rain)?
7. You’re Easy to Dance With
8. What Is Love?
9. Top Hat, White Tie and Tails
10. The Piccolino
11. Wild About You
12. Cheek to Cheek
13. Better Luck Next Time
14. Latins Know How
15. Let’s Face the Music and Dance
16. Outside of That, I Love You
17. I’m Putting All My Eggs in One Basket (Reprise)
18. Finale
Hablar de Sombrero de Copa es hablar de Fred Astaire y Ginger Rogers, de la música de Irving Berlin (primera colaboración a la que seguirían cinco más), de un secundario de primerísimo nivel como Edward Everett Horton y de una actriz que me resultaba desconocida como Helen Broderick, madre del actor Broderick Crawford, extraordinaria en su papel de Madge, hablar de la Gran Depresión, del sueño americano, etc. Pero sobre todo es hablar de una canción que huele y sabe a cine: Cheek to Cheek. Porque si hay músicas y canciones a las que asociamos las películas de nuestra vida, Casablanca, El violinista en el tejado, La leyenda de la ciudad sin nombre, etc. Cheek to cheek (probablemente junto a la música de Los siete magníficos) simboliza y evoca el cine en toda su majestuosidad y en todo su encanto. Por ello, por sentir de nuevo un escalofrío en nuestra espalda al escuchar sus compases, merece la pena sin ninguna duda revisionar esta película. Y sumergidos en la música. En todas y cada una de sus melodías, hasta “perdonamos” un guión un tanto flojito ó unos decorados al “art decó”. Pero todo vale. En la depresión americana la gente no tenía dinero, pero tenía intacta su capacidad de soñar. Y la pareja Astaire-Rogers entre sombreros de copa, smokings y muselinas les transportaban al mundo de los sueños en alas de la danza. Este es uno de los casos en que para disfrutar con plenitud de una película y juzgarla con justicia es muy aconsejable conocer su historia y las circunstancias que la rodearon. No hacerlo así podría confundirnos fácilmente y calificar de ñoña una película que trataba de ser un hermoso cuento de hadas donde olvidar siquiera por un rato las penurias de una lamentable situación económica. Sin duda lo consiguió. Magistralmente.
La música y la pareja protagonista, desde luego son inimitables e insuperables y la adaptación a musical que han hecho, no consigue quitarnos de la cabeza a los creadores originales. Totalmente de acuerdo.