FISTERRA
El binomio Ferrán González-Victor Conde ha vuelto a funcionar. Tras su anterior experiencia con el musical “PEGADOS“, que sorprendió a propios y extraños, había bastante expectación por su siguiente trabajo juntos y en la entrevista a Victor Conde que hicimos el pasado mes de Diciembre de 2012, ya nos comentaba que estaban en pleno proceso de ensayos y que desde que leyó algunas ideas sueltas de Ferrán González, le animó a continuar con el tema, porque se le habían saltado las lágrimas de la risa, mientras lo leía.
“FISTERRA” es una comedia muy bien escrita y dirigida, donde los juegos de vocabulario funcionan perfectamente y los gags están sabiamente dosificados a lo largo de toda la obra. Ferrán González sabe utilizar el lenguaje consiguiendo que lo que en otra situación sonaría vulgar, aquí resulte cómico y no sea malsonante. Por otro lado la utilización de algunos temas muy delicados, los sabe tratar hábilmente mediante el humor, llevándolos al filo de lo políticamente correcto.
La trama nos es servida por dos mujeres en un taxi que se dirigen a Finisterre, para arrojar las cenizas del marido de la pasajera y la conversación que ella mantiene con la taxista que la lleva. Aparentemente dos mujeres hablando en un coche, parece insuficiente para mantener la atención durante los cien minutos que dura la obra, pero los constantes giros en el desarrollo de la acción, nos van a tener pendientes de lo que ocurre en escena, sin bajar la guardia, ni la atención en ningún momento.
Imposible no hacer mención especial a las dos protagonistas, Eva Hache es Paz, la taxista gallega, que se nos descubre como una actriz, capaz de decir mucho simplemente con gestos, pero que cuando utiliza la palabra, en su parlamento más largo, como sacado de un monólogo en los que ella es maestra, brilla con luz propia y su química es perfecta con Ángeles Martin, como Antonia, la viuda catalana, que nos hará descubrir su personaje de mujer quisquillosa e insoportable, frente a la paciente Paz, aunque finalmente descubriremos que ambas, en el fondo son iguales.
La puesta en escena reune los elementos necesarios para contar la historia, que como en “Pegados”, utilizando el mínimo número de recursos, la hace fácilmente transportable y rentable, sabiendo “sacrificar” la espectacularidad, a cambio del ingenio de un buen guión, una precisa puesta en escena y unas excelentes actrices hábilmente dirigidas.
TEXTO: Ferrán González