
RED ROOM
Microteatro por dinero es una idea que lleva funcionando varios años en Madrid y tiene lugar en un céntrico local sito en la capital de España, que mientras en la planta baja tiene una cafetería, en los sótanos han habilitado cinco mini salas, con cabida máxima de quince personas, en la que se representan trabajos que rondan los 15 minutos de duración y de los que se ofrecen seis pases contínuos desde las 8,30 a las once de la noche aproximadamente.
Las entradas se ponen a la venta una hora antes del comienzo de cada pase y claro está, entran los primeros de la cola hasta completar el aforo, o sea quince personas máximo en cada pase, donde principalmente el género representado es la comedia, en la que se juega con la exagerada cercanía de actores y público, al económico precio de 4 euros.
Mi bautismo en esta sala y tipo de teatro fue siguiendo una recomendación de Erika Bleda, en la que confié sin saber a qué me enfrentaba y ahora que han terminado las representaciones, al menos en esta sala, que ójala exporten la idea a otras salas, aunque será difícil trasladar el ambiente de la asfixiante obra, trataré de relatar mi experiencia.
Al bajarnos al sótano se nos informó de que estaríamos de pie toda la obra, que debíamos colocándonos pegados a la pared de los laterales de la sala. Abrieron la puerta, entramos los cuatro espectadores y cerraron tras nosotros.
Imaginad cuatro espectadores en una sala de tres metros cuadrados, con la única luz de una bombilla roja colgando del techo y alguien atado a una silla, con los ojos vendados que en cuanto se cierra la puerta de la sala empieza a forcejear y gritar con voz desgarrada: “Ayuda. Que alguien me ayude. ¿No hay nadie que pueda ayudarme, por favor?.”
Unos excelentes Leire Martínez, vocalista de “La oreja de Van Gogh” y Alberto Velasco, de la serie “Amar es para siempre”, son capaces de crear un climax en menos de un minuto, que logran mantener a lo largo de los quince de duración que tiene el guión escrito y dirigido por Andreu Castro, que puedo definir como los quince minutos teatrales más intensos de mi vida.
AUTOR: Andreu Castro