INVERNADERO
Mario Gas convenció a los actores Gonzalo de Castro, Tristán Ulloa y Paco Pena para crear la compañía Teatro del Invernadero con la que poder montar obras de teatro en las que creyeran. La primera de ellas ha sido “Invernadero” de Harold Pinter en co-producción con el Teatro de la Abadía, donde se estrenó el pasado 28 de Febrero de 2015, adaptada por el escritor Eduardo Mendoza, dirigida por el propio Mario Gas, que está de gira por España, antes de volver de nuevo a Madrid.
La amplia obra del Premio Nobel de Literatura Harold Pinter, novelista, poeta, activista político y director abarca casi 30 obras de teatro propias, de las que quizá sean las más famosas “The birthday party” (1957), “The Homecoming” (1964) y “Betrayal” (1978), aunque también fueron muy reconocidas sus adaptaciones para el cine de guiones de otros autores como “El sirviente” (The servant, 1963) de Robert Maugham, “El mensajero” (The go-between, 1971) de L.P. Hartley, “La mujer del teniente francés” (The French Lieutenent Woman, 1981), de John Fowles, “El proceso” (The Trial, 1993) de Franz Kafka o “La huella” (Sleuth, 2007) de Anthony Shaffer.
“The Hothouse” (Invernadero) fue escrita por el autor en 1958 aunque la dejó apartada, hasta que redescubierta años más tarde, la reescribió para estrenarla en 1980. La obra entra dentro de las llamadas “comedias de amenaza” del autor, en las que se mezcla comedia, farsa, ironía y absurdo que partiendo de una situación aparentemente normal, nos descubre unos seres que ejercen y abusan del poder, practican torturas o violaciones, con tal de medrar o conservar el poder que les confiere el status conseguido.
El llamado “invernadero” hace referencia al local en que se desarrolla la acción, del que terminamos sin adivinar si se trata de un Hospital, un Manicomio o un centro de Rehabilitación. En dicho espacio a los pacientes se les distingue por un número y nadie se refiere a ellos por sus nombres, con unos “responsables” del lugar que deben “protegerlos” del exterior o tal vez proteger a los que viven fuera del centro, para que no tengan contacto con ellos.La puesta en escena descansa en un doble escenario, montado uno a espaldas del otro sobre una plataforma giratoria, que a modo de tiovivo nos llevará a los diferentes espacios donde se desarrolla la acción. Los actores están espléndidos, sobresaliendo por sus espectaculares cambios Gonzalo de Castro, antíguo militar, director del centro, prepotente y abusivo, y Tristán Ulloa su mano derecha como un ser distante y falsamente sumiso, secundados por Carlos Martos como el ingenuo chivo expiatorio, Isabelle Stoffel como la mujer manipuladora, además de Jorge Usón, Javivi Gil Valle y Ricardo Moya.
La dirección de Mario Gas da un ritmo ágil a la pieza que nos mantiene pendientes del desenlace que va adquiriendo aires de inquietante thriller, con toques de denuncia social, en los que podemos reconocer toda una serie de símbolos políticos, desgraciadamente vigentes. Una obra intensa que invita a pensar en el comportamiento del ser humano.
TEXTO: Harold Pinter adaptado por Eduardo Mendoza
DIRECCION: Mario Gas
Adjuntamos video promocional de este montaje