FRED ZINNEMAN: Oklahoma
Alfred Zinnemann, de nombre artístico Fred Zinneman fue otro de tantos directores europeos, de padres judíos, que trabajó en la industria cinematográfica en Francia y Alemania pero con los escasos medios y conocimientos que había en Alemania cuando llegó el sonoro decidió emigrar a América con 21 años, para aprender en la meca del cine. Su llegada coincidió con el crack del 29 y el desplome económico, aunque no se amilanó ni le importó comenzar trabajando de extra en la película “Sin novedad en el frente” (All quiet in the western front, 1930).
Poco a poco fue colaborando en documentales y películas hasta que con “La Séptima Cruz” (The seventh cross, 1944), obtuvo su primer gran éxito protagonizado por Spencer Tracy y Hume Cronyn, que pasaba de ser un simpatizante nazi a ayudar a Tracy a luchar contra el régimen fascista. Al terminar la Segunda Guerra Mundial Zinneman descubrió que sus padres habían muerto en el Holocausto.
Su película “Los ángeles perdidos” (The Search, 1948), ganó el Oscar al mejor guión y además fue nominado como mejor director y como mejor actor principal Montgomery Clift que debutaba para el cine en el papel de un soldado preocupado por un niño checo traumatizado por la guerra. A esta seguiría “Acto de violencia” (Act of violence, 1948), película de cine negro en la que Zinneman confesó haberse sentido satisfecho con el resultado obtenido que abordaba el tema de los veteranos de la contienda, así como la ética de la guerra.
Su siguiente película es “Hombres” (The Men, 1950), con Marlon Brando como veterano de guerra parapléjico, en la que el director insiste en su idea de utilizar localizaciones reales, a ser posible donde sucedieron los hechos y no decorados, así como valerse de gente del entorno que se mezcle con los actores reales para dar mayor aspecto de realidad y en este caso filmó muchas escenas en un hospital de California donde los pacientes reales servían como extras.
Su siguiente película “Teresa” (Teresa, 1951), protagonizada por Pier Angeli, incide de nuevo en las dificultades de los veteranos de guerra, tras la que se enfrenta a uno de sus trabajos más populares “Sólo ante el peligro” (High Noon, 1952), interpretado por Gary Cooper y Grace Kelly de la que el director insiste en que más allá de lo que los estudiosos crean encontrar en ella, “no es más que una historia sobre la conciencia, la independencia y la intrepida audacia, que transcurre en el Viejo Oeste, pero que hay algo intemporal al respecto, algo que tenía una relación directa con la vida de hoy. Es la historia de un hombre que debe tomar una decisión de acuerdo con su conciencia. Su ciudad, símbolo de una democracia que se ha ido perdiendo, se enfrenta a una amenaza que trastocará el modo de vida de su pueblo. Determinado a afrontar los problemas busca apoyo en todas partes pero cada uno tiene una razón para no involucrarse. Es entonces cuando asume su destino elegido por él mismo, con las puertas y ventanas de su ciudad firmemente cerradas contra él. Es una historia que sucede cada día en todas partes”.