
BILLY ELLIOT, Madrid 2017
Tras más de DOCE AÑOS desde el estreno en Londres del musical basado en la película “BILLY ELLIOT“, y a pesar de todos los que decían que este musical no podría verse en España porque “¿dónde encuentras esos niños que canten, bailen e interpreten en un país como el nuestro con tan poca tradición en musicales”?, se ha estrenado en Madrid, porque cuando algo no existe hay que crearlo y eso es lo que ha hecho la productora Som Produce becando a unos niños en una escuela creada para ese fin, que sigue en activo formando estrellas del teatro y del musical del futuro. Los niños crecen rápido y no se pueden eternizar en estos papeles y deben dar paso los que ya se están preparando. Esto es empezar con visión de futuro.
Este musical ya lo había visto varias veces en Londres y New York por lo que esta nueva versión me interesaba principalmente por ver la adaptación de las canciones y realmente tengo que admitir que David Serrano ha sido muy meticuloso y preciso, al igual que los coach vocales, de tal forma que no hay acentos fuera de sitio, ni palabras que se corten para respirar, algo que normalmente suele molestarme bastante.La inversión que se ha hecho en el Teatro Nuevo Alcalá de más de CINCO MILLONES de euros para adecuar el escenario con la motorización para subir y bajar decorados se ve y se agradece ya que da una agilidad narrativa ágil, como demanda el musical, cambiando de escena sin interrumpir la acción. Las coreografías son las originales, si bien la puesta en escena es diferente de la estrenada en Londres, lo cual para los que conocemos la obra es un regalo que nos permite ver lo que ya conocemos con otra imagen.
Este argumento tiene una fuerza que pocos musicales consiguen ya que en él conviven varias historias. No se queda en el niño que descubre su afición por el baile, además está la huelga de unos mineros contra las medidas impuestas por Margaret Thatcher, sin olvidarnos de esa profesora que reconoce un diamante a pulir en un niño por el que lucha para que un día pueda brillar, escapando de un destino al que parecía abocado. También tenemos ese padre que debe lidiar en contra de sus principios para apoyar a su hijo enfrentándose a toda esa comunidad solidaria para la que “todos los bailarines son maricas”. En fin tantos palos que tocar, que hacen del musical una propuesta ideal para todo tipo de públicos.
El reparto cuenta con un estupendo Carlos Hipólito al que nadie veía en el papel del padre y si es incuestionable su valía como actor lo encontré mejor de voz que nunca en los fragmentos de canciones que le tocan y me emocionó con su voz entrecortada diciendo: “Es mi hijo”. La abuela, una excelente Mamen García de larguísima y premiada carrera, es todo un regalazo y su número sobre la relación con su difunto esposo, no tiene precio. Adrián Lastra como el airado hermano mayor está muy bien, Natalia Millán como la profesora de baile juega en un papel en el que se siente cómoda, si bien me gustó más en sus momentos a solas con Billy o su padre, enfrentada a los mineros,más que como la fría profesora en las clases. Alberto Velasco está muy gracioso como el pianista con ganas de bailar y Manuel Ramos al que vi como profesor de boxeo está muy bien. Resumiendo, el reparto funciona como un reloj.
No, no me he olvidado de los niños. ¿Cómo iba a hacerlo si son las auténticas estrellas del musical?. Como sabéis los DOCE personajes infantiles tienen cinco o seis actores cada uno que van rotando en cada función, porque no pueden trabajar más de un determinado número de horas a la semana, lo cual os dará una idea del volumen de personal involucrado en este montaje.
Billy lo interpretan Pablo Bravo, Pau Gimeno, Cristián López, Miguel Millán, Óscar Pérez y Diego Rey y cada uno tiene su punto, en mi función estuvo Miguel Millán, muy bien como actor y cantante además de cumplir en el dificíl papel como bailarín, Beltrán Remiro es un Michael magnífico en todos los aspectos y en mi función también estuvieron Eduard Talens (Kevin), Álvaro Alonso (Tiny), Ainara Cardoso (Debbie), María Alcázar (Alison), Elisa Hipólito (Sharon), Rocío García (Karen), África Sánchez (Tracey), María Gago (Susan), Sara González (Keeley) y África Salas (Julia).
Un musical para todos los públicos con una factura mucho más que digna al que deseamos el mayor de los éxitos, porque se lo merece un público que cada vez tiene mayor criterio a medida que se van estrenando nuevas producciones y para los productores que no regatearon medios apostando por una producción mimada en cada detalle.No pude resistirme a repetir el musical un año después del estreno y dio la casualidad de que me encontré con que Billy era de nuevo Miguel Millán y me impresionó el espectacular cambio del “niño” como bailarín, actor y cantante. Un año da para mucho y más cuando siguen recibiendo clases y aprendiendo día a día en las tablas. En esta ocasión me tocó un nuevo Michael, un jovencito Álvaro de los Santos que descaradamente se mete al público en el bolsillo desde su primera aparición en escena.
En contra de lo que pasa cuando algunas obras se mantienen mucho tiempo en cartel y el equipo se relaja, en este caso todo sigue como de noche de estreno, con el nervio y entrega a tope. Me contaron que cada semana el director acude a darles a los niños una master class y les propone cambios como en el caso de Miguel Millán que según el día interpreta a Billy y en otras a Michael. Todo un reto y una apuesta del director para que sigan aprendiendo. Me parece perfecto.
Para leer más sobre el tema entrar en “BILLY ELLIOT, el musical” o “BILLY ELLIOT, preparado para Madrid“.
Termino con algunos videos promocionales del musical en España
HOLA BUENAS TARDES: EL MARTE VI EL MUSICAL EN MADRID, POR CIERTO ME ENTUSIASMO. PERO POR CIRCUSTANCIAS SALI URGENTEMENTE DEL TEATRO CUANDO FINALIZO LA OBRA, Y NO SE SI SE VENDIA EL CD DE ESTE MUSICAL EN VERSION ESPAÑOLA. SI ME PUEDEN INDICAR DONDE LO PUEDO ADQUIRIR EN CASO QUE EXISTA. MUCHAS GRACIAS DESDE SAN SEBASTIAN.
Lamentablemente, el CD en español no se ha grabado, ni al parecer hay intención de hacerlo.
Cada vez es más difícil conseguir que las productoras graben los musicales hispanos.
Una pena, sí