
OCEANIA
Gerardo Vera fue un escenógrafo, diseñador de vestuario, actor, director de cine y de teatro que falleció en 2020 a causa de la pandemia del covid. Su último trabajo fue un guion titulado “Oceanía” haciendo referencia a ese lugar lejano y lleno de misterio que le gustaría conocer. La base de la obra son los recuerdos de Gerardo Vera, que a la vez nos muestra un retrato de la España y la sociedad de su tiempo.
Nacido en 1947, en Miraflores de la Sierra, dentro de una familia acomodada, pero consciente de su entorno, veía a la gente pasando hambre, y él, todavía un niño, preguntaba preocupado a su criada, si ellos también tendrán problemas al día siguiente para poder comer. Desde bien niño quedó fascinado por el séptimo arte. Coleccionaba las carteleras de películas que repartían en las salas de cine. Estaba pendiente a cada nuevo estreno ansioso por conocer la calificación que pondrían a la película, para saber si podría entrar o no en la sala, aunque su amistad con el proyeccionista de un cine, le permitió colarse a ver “Mogambo” con Ava Gardner, para gran escándalo de su madre.
La obra nos va dejando ver la relación con su padre, alto dirigente de Falange española, las vivencias con sus tías y su abuela. Sus estudios fuera de España. Su pasión por el teatro. El descubrimiento del amor y el desamor. Sus diferentes etapas económicas. Todo un torbellino de vivencias, descubriendo la vida desde varios lados hasta el final de su vida, que lo recuerda todo con una mirada tierna y con el bálsamo sanador que es el perdón. Es mucho más que un texto. Es una moviola en la que podemos ver imágenes de nuestro pasado no tan lejano. Algunos pasajes musicales sirven de apoyo al texto: “Cinema Paradiso”, “Sitting on the dock of the bay”, “Suspiros de España”…
Lamentablemente Gerardo Vera falleció sin poder ver estrenada su obra. Concebida como un monólogo, tenía claro quien quería que la dirigiese, renunciando a hacerlo él mismo, ya que se trataba de su propia vida y quería que fuera alguien en quien confiase y que pudiera verla con cierta perspectiva y eligió a José Luis Arellano.
Su primera decisión fue que fuese Carlos Hipólito, actor y amigo al que había dirigido en varias ocasiones, el que le daría vida en escena. El texto de Gerardo Vera y José Luis Collado va brotando de la boca de Hipólito, con esa sencillez suya característica, que le da ese toque de verdad y te hace sonreír y se emociona y nos emociona. Es un disfrute verlo solo en escena, pero poniéndose al servicio de muchos personajes. Un cambio sutil en el gesto, una modulación diferente de la voz y pequeños matices nos hacen ver tanto al protagonista, como a su padre, su madre, su criada, su amante, su tía, su abuela.
Es increíble ver a Carlos Hipólito saltar de uno a otro personaje, sin ayudarse más que de su voz y su cuerpo. No utiliza cambio de vestuario ni de decorado. Son noventa minutos en los que rompe la cuarta pared desde el inicio y nos cuenta en primera persona la vida de Gerardo Vera, ayudándose de toda la familia y seres queridos del fallecido director.
Tuve la suerte de ver la última representación de esta obra en Alcalá de Henares, con la platea abarrotada y el público aplaudiendo largamente al final. Los comentarios a la salida eran parecidos: “Me ha gustado mucho”…. “Está muy bien”…. “Es muy buen actor” …. “Eso que cuenta yo también lo vi”…. Espero que los compromisos de Carlos Hipólito le permitan volver a llevarla de gira en otras temporadas, porque hay muchas plazas en las que no ha podido verse y es algo que no hay que perderse.
TEXTO: Gerardo Vera y José Luis Collado
DIRECCIÓN: José Luis Arellano
Un video promocional de la obra