SWEENEY TODD, Barcelona 2023
El pasado 31 de Octubre de 2023 y como “Concierto de Halloween” se programó el musical “SWEENEY TODD” de Stephen Sondheim en Barcelona. El local el Palau de la Música Catalana, que por primera vez abría sus puertas a un musical, aunque fuese en concierto. Este musical tiene una conexión muy especial con la ciudad ya que se estrenó en Barcelona en Abril de 1995, cuando solo los amantes del género sabían de este musical, que algunos califican de ópera y que se convirtió en todo un acontecimiento liderado por Constantino Romero y Vicky Peña, dirigidos por Mario Gas. Hasta el mismísimo Sondheim viajó a Barcelona para ver la adaptación que habían hecho y manifestó estar muy satisfecho.
Casi 30 años más tarde y a pesar de ser ya una pieza muy popular, a raíz de la película de Tim Burton, el recuerdo del musical teatral seguía magnificado por los aficionados y por las nuevas generaciones que no pudieron verla. El anuncio de este concierto despertó una enorme expectación y más con un potentísimo reparto dirigido por Jordi Prat i Coll, con el Coro Joven del Orfeó Catalá y la Orquesta Camerata Penedés dirigidos por Andreu Gallén. En total como 100 personas encima del escenario.
Empezaré diciendo que fue un lujo poder disfrutar de semejante propuesta, monumental en cuanto a su concepción y emocionante poder disfrutarla en un espacio tan impresionante. La adaptación al catalán fue la misma de Roser Batalla y Roger Peña que se utilizó en 1995. La orquesta sonó imponente, aunque en la ecualización del sonido, en muchas ocasiones, se primaba a la música sobre los voces de los intérpretes, haciendo que se perdiesen palabras del texto ahogadas por la música.
Miquel Fernández, a pesar de no ser barítono, sacó su Sweeney de forma brillante. Desde “Amics meus” (My friends), esa declaración de amor a sus navajas de afeitar, sus viejas compañeras con las que se reencuentra tras la vuelta a Londres, el intérprete se hizo con el personaje del barbero atormentado, conquistando al auditorio inmediatamente. Por su parte Ivan Labanda con su maestría habitual sacó el máximo partido del charlatán y chantajista Pirelli en sus enfrentamientos con Sweeney y como su personaje es pronto eliminado de la historia, se le dio otro cameo como director del manicomio. Una pareja de peso, Fernández y Lavanda, que sacan adelante cualquier personaje que se les brinde.
Anna Moliner como Mrs. Lovett tardó en hacerse con el personaje. A pesar de tratarse de un concierto semiescenificado, me pareció fatal que no le permitiesen tener cuanto menos una mesa en la que simular amasar sus asquerosos pastelitos y más cuando hasta Sondheim dejó marcado en la partitura los momentos en que la orquesta debía subrayar los gestos de la manipuladora pastelera. Por otro lado su aspecto físico dejaba bastante que desear, mostrando una Mrs. Lovett con un vestido con transparencias y un corte que le llegaba hasta la cadera o en el segundo acto, luciendo un modelito que le sentaba como un guante, hasta el extremo de tener problemas para andar por el escenario. Vamos, muy lejos de la desgarbada y poco higiénica Sra. Lovett que pensaron Hugh Weheler y Stephen Sondheim y es que aunque el “hábito no hace al monje”, ayuda.
Su Mrs. Lovett tuvo sus mejores momentos en “Mossen” (A little priest), al final del primer acto, en el duo con Miquel Fernández, cuando bromean sobre el tipo de carne que podrían utilizar en sus pastelitos y estuvo muy acertado el chiste con los miembros de la orquesta, protestando cuando la pareja protagonista se iba creciendo y fantaseaba sobre cómo sabrían los pastelillos de violinistas o de flautistas. Moliner también jugó su vis cómica en el número “Prop del mar” (By the sea), quizá sus mejores momentos de la noche.
La pareja joven, Ana Sanmartin y Eloi Gómez, interpretando a Johanna y Anthony cargaron excesivamente las tintas en su historia de amor. La joven y virginal hija de Sweeney, que no ha conocido varón y se enamora del excompañero de su padre en cuanto lo ve, hizo que me chirriara la escena cuando ella agarra de la mandíbula al muchacho para comerle prácticamente la boca y luego terminar ambos pellizcándose entre ellos los pezones, cargándose lo de romántico e inocente que tiene la canción.
El coro no se limitaba a estar estático al fondo del escenario ya que asumió algún pequeño papel. En la escena de la violación de Lucy, al principio estuvo casi en penumbra y sólo llamó nuestra atención cuando todo el coro fue cerrándose sobre Lucy, como atrapándola en una tela de araña que terminó engulléndola, potenciando el dramatismo de la escena. Justo lo contrario fue la escena en que Johanna conoce a Anthony que le compra una jaula con un pajarito y todo el coro colocaba las manos como si todo fueran aves en su jaula observando el momento, algo totalmente innecesario y hasta ridículo.
Por su parte el resto de papeles principales interpretados por los siempre ajustados y perfectos Jordi Vidal y Maria Santallusia, como el alguacil Bramford y la mendiga, así como Xavier Fernández como el juez Turpin y hasta un adolescente Jan Gavilan como Tobias estuvieron a la altura de sus personajes. El hecho de que fuera una versión en concierto no era algo tan extraño ya que se ha hecho en varias ocasiones. Podeis ver dos de ellas excelentes, de las que os dejo los enlaces de youtube, la protagonizada por Patti LuPone y George Hearn y la que representaron Emma Thompson y Bryn Terfel.
La sensación final del concierto de Barcelona es que llegaron a la fecha sin haber ensayado suficiente para planificar algunas escenas y darse cuenta que Anna Moliner no podía moverse por el escenario con su vestido o que resultaba extraño que tras la lucha final con Sweeney, no se desplomase en el suelo como el resto de asesinados y bajase del escenario marchándose por enmedio del patio de butacas como si tal cosa. O lo más evidente, no habían ensayado los saludos finales. No sabían qué hacer ni como salir.
Resumiendo hicieron bien lo más difícil y tuvieron errores tontos en lo más fácil, algo lamentable en un espectáculo de semejante calibre.