CRUZ DE NAVAJAS

“Cruz de navajas” se anuncia como “El último Mecano, un espectáculo que revoluciona el género musical”. La canción del título ya es una referencia, que busca conectar con los fans del famoso grupo español Mecano, formado por Ana Torroja y los hermanos Nacho y José María Cano. Dependiendo de lo que consideremos musical como género, podría o no entrar en este grupo. Personalmente entiendo como “musical” o “teatro musical”, el espectáculo en el que las canciones ayudan a contar una historia.

Con este planteamiento “Cruz de navajas” no sería teatro musical, aunque no se le puede negar que es un espectáculo musical, que rinde homenaje principalmente a las canciones del grupo Mecano, aunque también se permite un flirteo con otros intérpretes incluyendo “Call me” de Blondie, “Material girl” de Madonna, “Simply the best” de Tina Turner o “Bohemian Rhapsody” de Queen, por cierto, perfectamente ejecutados y muy logrado el guiño a Michael Jackson, recreando la coreografía de “Thriller” mientras cantan “No es serio este cementerio”. 

Lo primero que llama la atención es el excelente montaje con pantallas gigantes, en las que unas cuidadísimas proyecciones de video, refuerzan lo que expresan las canciones. El arranque con ese “Héroes de la Antártida” ya es una declaración de principios. Cada canción es una historia aislada e independiente, dentro del concierto/espectáculo/musical. La puesta en escena de “No hay marcha en Nueva York” o el uso de los colores en “Eungenio Salvador Dalí están muy logrados y así, hasta más de 30 canciones a lo largo de las dos horas y media del espectáculo, incluido el descanso.

Los arreglos musicales de los archiconocidos temas están muy bien resueltos, ya que respetando el original, les dan otro aire distinto, que siempre es de agradecer. Las armonías vocales como las coreografías, consiguen dar una mirada íntima a la vez que espectacular a los temas. Todo ello dentro de la estudiada puesta en escena, en la que además hay constantes cambios de vestuario de los ocho cantantes, como de los seis bailarines, que con los cinco músicos en directo, componen un nutrido grupo, difícil de ver en un espectáculo de estas características.

Es una lástima que las canciones no se enlacen unas con otras. Tras los aplausos y el saludo del intérprete al finalizar cada canción, se hace eterno el silencio, con el teatro a oscuras, hasta el comienzo del siguiente tema. Deberían restringirse los aplausos del público, fusionando un tema con el siguiente, para mantener el ritmo y no dejar aplaudir más que en momentos espaciados en los que el público estallará con más ganas.

También debería cuidarse la vocalización de algunos intérpretes y equilibrar los niveles de sonido, para que la música no ahogase la voz de los cantantes y se pueda entender la letra de cada canción, ya que a pesar de sabérmelas de memoria, en ocasiones no entendía estrofas completas. Por otro lado, muy bien la advertencia de que no deben encenderse los móviles y de que ya habéis requisado más de 700 móviles en esta gira, que se devuelven al final de la función. Ójala cunda el ejemplo.

Terminamos con un par de videos promocionales del espectáculo

  

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