Este año 2014, con motivo de la celebración del 50 aniversario de la Cartelera Turia, publicación semanal de la ciudad de Valencia, se están programando una serie de actos que tienen que ver con los contenidos de dicha publicación, que es toda una institución en la Comunidad Valenciana, tanto por sus críticas sobre películas y obras de teatro que se ven en Valencia, como por sus enfrentamientos y denuncia de los desmanes del Gobierno, sea del signo que sea, que ya le han costado no pocas sanciones, pero a pesar de todo sigue en la brecha.
En esta ocasión y con el título de “PÁNICO EN LA ESCENA” se ofreció una mesa redonda sobre la situación actual de la cultura y las artes escénicas en nuestro país y más concretamente en nuestra comunidad. El acto tuvo lugar en el Aula Magna de la Universidad de Valencia, que ante la gran afluencia de público, tuvo que permitir que se ocupasen los pasillos, permitiendo que algunos se sentasen en el suelo.
En la mesa se denunciaron temas como el peligroso momento actual para la cultura en nuestro entorno, donde salvo el Teatro Principal y Rialto, aguanta el Teatre Olympia, que se quedó con la programación del Teatre Talía evitando el cierre, sin contar el caso del Teatro El Musical, que a pesar de ser público, su gestión cada vez es más penosa y no se sabe muy bien lo que programa. Todo ello, con la crisis económica ha hecho que se pierda un público, que hay que recuperar de nuevo, para invitarle a pensar, a plantearle dudas para que elija, lgo tan sencillo y necesario para crecimiento del ser humano como tal, pero que parece que a los que están en el poder no les anima la idea.
Algo parecido es sin duda, el descalabro de crear en casi cada pueblo auditorios con estupendas instalaciones, sin más propósito de dar salida al ladrillo y construir salas, que en el mejor de los casos, permanecen cerradas cinco de los siete días que tiene la semana, porque nadie se ocupó en estudiar y programar un calendario de actuaciones y habría que retomar esos espacios, porque los hemos pagado los ciudadanos con nuestros impuestos.
También se habló del compromiso de las escuelas en transmitir ese amor por las artes escénicas entre el alumnado, que debe complementarse con la labor familiar en casa, aparte claro está de reencontrar un teatro en nuestra lengua, la constante batalla de alguna compañía como la del Teatro El Micalet, que continúa bregando por ello, casi en solitario, porque cuando se ha tuvo una televisión “pública”el ente que la gestionaba, nunca tuvo entre sus objetivos la normalización de la lengua y no supo ni quiso hacerlo. Sólo ahora, cuando la hemos perdido, queremos reclamar nuestro derecho a tenerla, aunque nos encontramos con el sin sentido de reivindicar una televisión, que nunca cumplió el objetivo para el que fue creada y por lo que le dimos la espalda.
Un encuentro realmente interesante, en el que encontramos ciudadanos preocupados por el presente y futuro de nuestra cultura, como Carmen Alborch, o familias teatrales como la de Rodolf Sirera con su esposa Rosangeles Valls, de la compañía Ananda Dansa, o su hija la actriz Rebeca Valls, afincada en Madrid, pero que en cuanto es requerida por nuestros teatro y puede, se escapa como hizo en la reciente producción de CulturArts en “Casa de muñecas“.
Rebeca Valls, Rosangeles Valls y Rodolf Sirera, tres valencianos con talento teatral de nivel, altamente exportable
Los temas expuestos en la mesa y por el público, aunque la mayoría de ellos, lamentablemente sean del dominio público, no está de más que se expongan y denuncien y nos hagan pensar por qué los sucesivos gobiernos de la Comunidad Valenciana, no han sabido cuidar esta parcela como han hecho por ejemplo los catalanes, creando el Teatro Lliure o el Teatre Nacional de Cataluña, con programaciones fluidas y de gran interés entre el público.
Aunque siempre se ha dicho que el teatro está mal, posiblemente ya no pueda estar peor y quizá éste sea un punto de inflexión, desde el que tras tocar fondo, podamos salir. Me viene a la memoria una frase que me dijeron en una ocasión: “¿Qué haces para levantarte cuando te caes?”, pues simplemente apoyarte en el suelo para volver a ponerme en pie. Podrás maldecir el suelo por el golpe que te has dado, pero es en el suelo, tu base, en fín, lo único que tienes para poder apoyarte y ponerte en pie.
Paco Dolz por el texto escrito
Rafa Vives por la parte gráfica