Esta es una historia que transcurre en los tiempos de Cristo, como decía la publicidad de “Ben Hur”, sólo que aquí está pasada por la criba de los Monty Python. Tuve la suerte de verla en versión original subtitulada o no me hubiera enterado de la mitad de los diálogos por las carcajadas constantes y prolongadas del público. Fui con una amiga que al salir tuvo que ir al lavabo a lavarse la cara llena de chorritones de rimmel.
Ya es un clásico. La película sigue a Brian, un joven nacido en Belén en portal muy cercano al de Jesús y el mismo día que él, lo que hará que sea confundido con el Mesías en muchas ocasiones. El enfoque que hacen los Monty Phyton de las costumbres de la época y de algunas estampas de situaciones que siempre vimos como doloroso sacrificio, aquí se atreven a hacernos reír viendo lapidaciones, o a gente crucificada que está cantando “Mira siempre el lado más brillante de la vida”.
El equipo de los Monty Phyton está al completo, dirigida por Terry Jones, que también aparece como actor en la película, en compañía de Graham Chapman, John Cleese, Terry Gilliam, Michael Palin y Eric Idle que a su vez escribieron el guion entre todos y como productor asociado tenemos al Beatle más espiritual de todos, George Harrison, que incluso aparecía en la película como Mr. Papadopoulis.