Estamos ante una película policíaca francesa dirigida por Henri Vernuil, uno de los pocos directores franceses que logró triunfar dentro y fuera de su país, incluyendo el mercado americano. Estuvo nominado al Oscar como guionista en 1956 por “La oveja tiene cinco patas”. Ganó la Palma de Oro en Cannes por “Cien mil dólares al sol”. Trabajó como director en películas americanas, con actores de primera línea como Henry Fonda o Anthony Quinn, además de Alain Delon o Jean Paul Belmondo, actores que repitieron varias veces con el director.
En esta película tenemos a un ladrón de joyas (Alain Delon), que consigue escapar de un furgón en marcha, dejando perpleja a la policía que lo custodiaba. Un comisario (Lino Ventura), que sabe lo peligroso que es el ladrón, no se resigna a perderlo y pone todos sus medios de que dispone para capturarlo. El ladrón ha conseguido escapar, gracias a la ayuda de un grupo de gansters sicilianos, cuyo jefe (Jean Gabin), necesita de las habilidades del ladrón, para cometer un robo, prácticamente imposible.
Además del trio de actores ya mencionado, Gabin Delon y Ventura, en el reparto están también Irina Demick, Amadeo Nazzari y Sidney Chaplin entre otros. El guion esta basado en la novela del mismo título de Auguste le Breton, autor de la exitosa “Rififí”, que adaptaron para el cine el director Henri Vernuil junto a José Giovanni, considerado uno de los mejores escritores y directores de cine policíaco.
Otro de los puntos a favor de la película es la banda sonora de Ennio Morricone. El maestro italiano se luce con un tema principal extraordinario que ayuda a potenciar el ambiente tenso de la película.
Un buena película de acción con una trama que te engancha como las buenas películas de robos imposibles, en los que incomprensiblemente, te pones de parte e los ladrones.