Rafael Calatayud, Director Artístico de la compañía teatral valenciana La Pavana, al frente de la cual lleva más de treinta años, se ha embarcado en un arriesgado proyecto teatral, con la puesta en escena de la obra de Frank Marcus “The killing of Sister George”, que podríamos traducir como “El asesinato de la Hermana George”, que llevó al cine Robert Aldrich en 1968 y tuvo no pocos problemas con la censura al tratar abiertamente por primera vez en cine una relación lésbica, ni que decir tiene que en España la película estuvo prohibida hasta años más tarde que se pasó por televisión.
La obra gira en torno a una actriz de televisión que interpeta a La Hermana George, una angelical monja, que en realidad es la antítesis de ella como persona, que convive cun una actriz mucho más joven que ella a la que humilla e insulta constantemente, esbozándose en la obra la idea de que pudieran ser lesbianas, mientras que en la película de Aldrich la relación era evidente, incluso había una escena de seducción entre dos mujeres que levantó bastante polvareda, ya que la actriz Susannah York que era la joven seducida, terminó la escena rompiendo a llorar y Frank DeVol el compositor habitual de Aldrich, abandonó la película y se encargó el trabajo a otro compositor.
La adaptación teatral descansa en este póker de actrices que ya de por sí son una garantía para sacar adelante cualquier papel y como además las cuatro cantan, recordemos a Amparo Fernández como la madre de “Hermanas” la obra de Carol López, Anna Casas lo hacía en “L’home invisible” y Maria José Peris o Teresa Vallicrosa ya estuvieron como Johana y la mendiga en el “Sweeney Todd” que dirigió Mario Gas en 1995, o sea que las cuatro cantan y lo hacen muy bien, se aprovecha para darles unas canciones, que aplaudo que las subtitulasen para que el espectador entienda lo que se está cantando, que aunque aporte bien poco a la historia, ayudan a relajar el ambiente tenso de la obra.
La puesta en escena es muy espartana, un escenario desordenado, con una mesa, una silla rota, un sillón y un sofá. Es cuanto se necesita necesita para mostrarnos la dejadez y abandono de la escena. Para mi era innecesario el panel que giraban manualmente para sacar o meter a una actriz, al igual que la aparición del ayudante de escena para mover el panel o entregar una muñeca a la joven, era algo que me distraía y sacaba de la acción, pienso que con las luces sería suficiente para marcar lo que se quiera, del mismo modo que tampoco encontré sentido a castellanizar los nombres y menos aún ubicarlas en España.
TEXTO: Frank Marcus
Adjunto un video con un fragmento de la obra
View Comments (1)
Es una obra malísima, cansina y aburrida, sin argumento y sin gracia ninguna. No sé porque dicen que es una comedia. Además cara, 12,60 €.