“El fin justifica los medios” es una de tantas frases de Maquiavelo y cuando escuchamos la frase “es una persona maquiavélica” sabemos que se refieren a una persona malvada, conspiradora y manipuladora y esto se debe a un autor Niccolò Machiavelli, consejero político en el siglo XVI de la República de Italia, que acusado de haber conspirado contra los Médici fue torturado, encarcelado y exiliado escribiendo a raíz de ello su obra “El príncipe”, que dedicó a Lorenzo de Medici en la que a través de varios capítulos venía a dar las pautas y consejos para mantener el poder.
A la figura del gobernante a la que denomina “el príncipe”, bien sea en una república o en una monarquía van dirigidas sus reflexiones con ejemplos extraidos de la historia de la humanidad desde Moisés demostrando que ante un pueblo oprimido o descontento aparece un lider al que se le otorga el poder para que lo cambie todo, que deberá vigilar a sus enemigos ya que su poder es más frágil que el conquistado por un monarca en herencia, a la que no pueden acceder la mayoría de los súbditos. El objetivo del libro es mantener el poder a costa de lo que sea, aunque haya que pasar por encima de lo que dicte la moral o el idealismo.
El autor recomienda el uso de las armas para mantener el poder y es algo que se ha hecho desde cualquier poder, recordemos las cruzadas llamadas “guerras santas” porque eran para “evangelizar” al “infiel”, o la inquisición y en este monólogo Juan Carlos Rubio introduce elementos como voces en off, un tocadiscos, una cafetera o el proyector para restarle peso al monólogo, por más que no deje de serlo y no creo que pudiera haberse sido de otro modo, de hecho nunca se había llevado el texto al escenario.
Maquiavelo siempre jugó con la ambiguedad y no queda claro si su obra es un manual escrito para que los gobernantes sepan cómo manejar al pueblo o es un aviso al pueblo acerca de cómo es manejado por los gobernantes, como nos advierte el propio Juan Carlos Rubio en el programa de mano que nos dan en el teatro y que nos lanza una tremenda reflexión en el desenlace que nos hemos estado haciendo a lo largo de toda la obra.
TEXTOS: Nicolás Maquiavelo
ADAPTACIÓN Y DIRECCIÓN: Juan Carlos Rubio
Para terminar algunos videos promocionales de la obra