Fue el gran descalabro económico que estuvo a punto de arruinar a la Fox. Envuelta en el escándalo porque sus dos protagonistas, Elizabeth Taylor y Richard Burton, casados ambos, entablaron una relación que iba más allá de la que se veía en pantalla.
Parecía que la película estaba maldita ya que se sucedían las enfermedades de la protagonista, los cambios de director y de los actores, ya que en principio iban a ser Peter Finch y Stephen Boyd los protagonistas, en vez de Rex Harrison y Richard Burton que terminaron con los papeles de Julio César y Marco Antonio. Además una brutal tormenta que echó a perder todos los decorados.
La entrada de Cleopatra en Roma, el asesinato de César, la seducción de Marco Antonio y esos diálogos tan rotundos de Mankiewicz tratando temas como el senado, la república, el imperio, el poder, los reyes o dioses por voluntad divina, ahora nos suenan más cercanos que nunca. A pesar de ser un éxito de público tardó muchos años en recuperar los tremendos costes de producción.