
DULCE LIBERTAD (Sweet Liberty)
Alan Alda escribe, dirige y protagoniza esta película con toques de comedia, en la que no deja nada bien al mundo que retrata, un terreno que Alda debe conocer muy bien: el mundo del cine. El protagonista de la película es un profesor de historia que ha escrito una novela por la que ha recibido un prestigioso premio y que le han comprado para llevarla al cine. Además se da la casualidad de que la película va a rodarse en el pequeño pueblo donde vive y trabaja como profesor y todos los habitantes están emocionadísimos con formar parte de la película.
La alegría del profesor va a truncarse en cuanto lea el guion de la película, ya que han hecho con él lo que han querido, sin respetar la historia ni su novela, pero el director de la película le deja bien claro desde el principio que la gente que va al cine son los jóvenes y él les da lo que les gusta: saltarse las reglas, diversión y desnudos. De nada le sirve al profesor protestar reclamando credibilidad y rigor. Eso no vende. La película es de 1986 pero a día de hoy ya vemos lo que es comercial en el cine y lo que ofrecen la gran mayoría de salas y plataformas.
La rigidez del profesor terminará siendo más permisiva tanto en sus ideas como en sus relaciones. La película sin ser descacharrante tiene ese punto crítico y cómico que en ocasiones nos reafirma en lo que se piensa del mundillo del cine, pero es una buena ocasión para ver un buen plantel de actores y actrices donde además de Alan Alda tienen destacadas intervenciones desde Michael Caine y Michelle Pfeiffer a Bob Hoskins, Lise Hiboldt, Lois Chiles y hasta la veterana Lilian Gish.
La música es de Bruce Broughton.