MÁS DE CIEN MENTIRAS

Siempre me pareció curioso el argumento que habían elegido para dar vida al musical “MAS DE CIEN MENTIRAS“, ahora, una vez visto, pienso que posiblemente fuese el único medio de integrar en la acción las letras de Joaquin Sabina, con su mundo urbano de prostitutas, drogadictos y perdedores.

No soy seguidor del cantante ubetense, pero le reconozco su incuestionable valía como letrista y compositor, aún así fuí al teatro mentalizado de que no iba a ver el musical de mi vida, ya que normalmente los llamados juke box no son el tipo de musical que me gusta, por eso, con unas expectativas y exigencias casi nulas, quizá fui capaz de valorar mejor el espectáculo.

Cuando me vuelvan a decir que en España no tenemos tradición de musicales y por tanto, no hay gente preparada para este campo, lo negaré. En este musical me encontré con una veintena de actores, cantantes y bailarines de ambos sexos, que daban perfectamente  el tipo y nivel que pedían los personajes que interpretaban.

Las coreografías me impresionaron por lo bien ejecutadas que están y eso que hay acreditados nueve coreógrafos que hacen participar  prácticamente a todo el reparto, aunque me chirría que enmedio de una canción que está cantando un chico por ejemplo a una chica,  aparecieran un montón de bailarines de la nada, para ejecutar una coreografía con el actor que les lidera en el baile. Volvemos otra vez a lo mismo, no vale lo de que “queda bonito”, sino que debe ser lógico, creíble y esté justificado. Una cosa es que sea una fantasia o un sueño de alguien, pero si no no es creíble, porque esto debe ser un musical, no un concierto camuflado.

El elenco femenino es de nota. Unas chicas de cuerpos espectaculares, enfundadas en unos vestidos que enseñan más que visten y lo que enseñan es mercancía de primera clase, que representando a fulanas de los barrios bajos, quizá choca que con semejante “palmito” estén alli y  no en un puticlub de alto standing, pero decoran muy bien la escena y alegran la vista.

David Serrano firma el argumento como ya comentamos nos cuenta que tres amigos Juan, Tuli y Samuel que trabajan para un mafioso, deciden establecerse por su cuenta y ahorrarse la comisión que se lleva Villegas, su jefe, pero éste descubre el plan y les tiende una emboscada en la que enmedio de un tiroteo muere Samuel, el Tuli va a la cárcel y Juan que es novio de Magdalena, hermana del difunto Samuel, sigue trabajando para Villegas, que además es su tío.

Cumplida la condena de tres años, en la que ha tenido tiempo de meditar y planear su venganza, el Tuli sale de la cárcel con la sola idea de vengarse de Villegas. El Tuli cuenta su plan a Magdalena y Juan, que se siente culpable por la muerte de Samuel y a veces se le aparece su fantasma, en forma de maestro de ceremonias, que también se dirige al público para ponernos al corriente de lo que pasó o lo que no vemos en escena.

Con lo que respecta al reparto muy bien también, destacando especialmemte la labor de Juan Pablo Di Pace como Juan, Victor Massán como Samuel y Guadalupe Lancho como Magdalena. Otro fallo que sigue sin solucionarse en nuestro país, es que no se advierte al público antes del comienzo de la función de los cambios que ha habido si un actor no es el titular esa noche, así por la foto del programa diría que vi en el papel de “Manitas” a Toni Viñals, que era el sustituto y estuvo fenomenal.

También llamaba la atención ver que había actores mayores de 40 años y es que cada vez se busca más gente joven para los repartos y es mejor poner alguien que se ajuste por presencia y edad al personaje, que colgarle a un joven de veintipocos años una peluca y pintarle arrugas. Muy bien por tanto el veterano Juan Carlos Martin como Ocaña y Felipe Garcia Vélez como Villegas.

La música en directo estuvo muy bien interpretada. Los nuevos arreglos de las canciones funcionan bien, aunque algunos temas desesperanzados de Sabina, que el autor por sus limitaciones vocales recita más que canta, como el de “Calle Melancolia”, “Que se llama Soledad”, “Contigo”, ¿Quién me ha robado el mes de Abril?” o “Y sin embargo”, aqui se nos ofrecen en plan balada dulzona, aprovechando que en el reparto hay cantantes de técnica y voz sobrada para hacer lucir más el tema, pero “rompen” con la magia del momento ya que son  canciones que exigen otra forma más desgarrada de interpretarlos, sí, interpretarlos, no cantarlos, porque repito no es un concierto, es un musical, o sea teatro con música.

Por supuesto el talón de Aquiles de los juke box aquí también está como siempre en algunas canciones metidas a martillazos que no aportan nada a la historia como: “Yo quiero ser una chica Almodóvar” o “El bombín de Sabina“, otras que no hacen avanzar la historia y que por más que le gusten al pûblico en general, no vienen a cuento y alargan innecesariamente el espectáculo, que con descanso incuido rebasa las tres horas de duración.

Entonces, resumiendo, el reparto muy bien, las coreografías estupendas, la música en directo muy bien ejecutada, pero…. ¿siempre tiene que haber un “pero”?, en este caso es para el argumento, lo más flojo y previsible de todo. Afortunadamente para los productores y para el público a quien va dirigido este musical, los fans de Sabina que acuden a oir sus canciones, salen satisfechos y terminan de pie bailando en el patio de butacas, pero no cumple con los mínimos para los amantes del musical, que pedimos cosas como que las canciones estén interpretadas, no cantadas y que estén justificadas en la historia, no intercaladas por ser canciones conocidas, en fín, lo de siempre.

Haciendo justicia diré que la productora Drive está cuidando cada vez más sus productos y lo que no se les puede achacar es una mala “factura” y tanto “Hoy no me puedo levantar“, como “40 el musical” o este “Más de cien mentiras” de los que llevo vistos, tienen una puesta en escena y un trabajo digno, otra cosa es que fallen como musicales, porque no es fácil crear y ellos lo han hecho y con éxito. Por otro lado las producciones extranjeras que han adaptado como “Avenue Q” y esperemos que ahora “Sonrisas y lágrimas” están cuidadas y las van sacando de gira, lo cual también es de agradecer para ir ampliando la demanda y afición al musical.

Esperemos que con “la que está cayendo” sigan apostando con el género.

GUIÓN: David Serrano
MÚSICA Y LETRAS: Joaquín Sabina

Ya se ha puesto a la venta el CD con los 21 temas que suenan en el musical, grabado en vivo en el teatro Rialto con el reparto original.

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4 Respuestas

  1. Susa dice:

    Pues claramente debimos ver dos musicales diferentes.
    A mi me parecio pesado, con una historia que se sabia de antemano lo que iba a pasar y con recuerdos mas que evidentes a personajes y escenas de NHMPL.
    Solo me gusto un numero musical (19 dias, que abre el segundo acto) y a la quinta vez que las chicas mueven el culo igual y los chicos se pavoneaban enseñando musculo me daban ganas de salir corriendo! El elenco… para mi bastante poco creible excepto los actores mayores… en fin que no me gusto nada pero como siempre las perspectivas de cada uno son diferentes.

    • allwebber dice:

      No, Susana, creo que vimos el mismo musical. No sé si tal vez yo lo vi algo más rodado que tú, pero el mismo.

      Totalmente de acuerdo con que la historia es lo más flojo y en que no interesa, porque está hecho para los fans de Sabina, que no es mi caso.

      Que los personajes y alguna escena “huela” a HNMPL, pues sí la escena de la cama y las chicas saliendo de debajo, todas con picardias y buscando dar un número “caliente”, pues sí. Es el mismo teatro, el mismo autor y el mismo Madrid con los mismos clichés.

      ¿Pesada?. Ya comenté que podía aligerarse porque no tiene sentido que dure más de tres horas para contar la historia que cuenta.

      Lo que salvé es que el “producto” tiene un buen acabado. Los chicos y las chicas cantan bien, la música suena bien y las corografías están muy bien. O sea que se ha currado para que lo que se ofrece sea atractivo y lo es para el público a quien va dirigido los fans de Sabina, pero si te lees los dos últimos párrafos verás como digo que no cumplen las mínimas exigencias de un amante del musical.

      Falla la dirección haciendo interpretar las canciones, pero para el público al que va dirigido es estupenda, a juzgar de los aplausos y patio de butaca en pie al final.

      O sea, yo NO LO RECOMENDARÉ a ningún amante del musical, como tampoco lo haría con HOY NO ME PUEDO LEVANTAR o QUISIERA SER, a no ser que se sea fan de Sabina, Mecano o el Duo Dinámico.

      Ah, y gracias por escribir y comentar tu punto de vista.

  2. Susa dice:

    Pues entonces todo claro… ya me estaba yo asustando.
    Supongo que al verla mas rodada han mejorado algo pero tambien es cierto que yo iba con alguna expectativa mas que tu precisamente porque algunas de las coreografias son de Carlos Rodriguez, de la compañia de baile residente en el Teatro del Bosque en Mostoles, Rojas y Rodriguez, y eso fue lo unico que me gusto de verdad.
    Como esperaba mas quiza me decepciono mas y no supe ver que es un producto como HNMPL, dirigido a los que no les gusta el musical de verdad si no tener la posiblidad de escuchar canciones conocidas y poder tararearlas y dar palmas. Si eso revierte en que luego les entre curiosidad por saber lo que es un musical de verdad…bienvenido sean todos estos!

    • Javier (Peroringo) dice:

      Buenos días a los dos. Que alegría escribir y cambiar impresiones sobre musicales.
      Antes de emitir mis juicios tengo que decir que yo sí soy fan de Sabina. No fui a ver el musical sólo por esa razón, pero para que conste. A lo mejor por esa razón, a pesar de comprender todo lo que decís, a mi me pareció menos censurable.
      Creo que la piedra donde tropieza todo es la dirección. Básicamente en dos sentidos: el no tener muy claro que historia se quiere contar y qué se quiere hacer con ella.
      Es decir, que la trama sea previsible no debe de ser un obstáculo. Todos los musicales que acabo de ver en Londres (Legally Blonde, Crazy for You, Jersey Boys, Singin’ in the Rain) tienen una trama no solo previsible, sino en algunos casos ya conocida. El asunto es no extender demasiado los cuadros, no resultar reiterativo, hacer la narración ágil. Que tenga pulso. Eso implica además, como dice Paco, no incluir números con calzador, como “Yo quiero ser una chica Almodóvar”, o sobre todo “Pacto entre caballeros”, o incluso “Calle Melancolía”. Y el otro problema es mantener el mismo tono general, ya que, como también se ha dicho, esto es un musical y no un concierto. Por eso chirrían determinadas intervenciones engoladas y llenas de quejidos y portamentos (al deplorable estilo “Operación Triunfo”), frente a números como “La canción de las noches perdidas” mejor cantadas, interpretadas, y en línea con una visión “de musical”.
      Pero dicho esto, creo que el cuerpo de baile estaba muy bien conjuntado, que las coreografías estaban muy bien trabadas y con potencia suficiente, que los intérpretes hubieran podido estar mejor si se les hubiera guiado de manera más exigente, porque cualidades parece que tenían, que la banda tenía un sonido muy bueno, que las versiones de los temas eran las adecuadas (un poco tramposillas al alterar la letra, eso sí, pero…) y que el resultado final es bastante aseado.
      ¿Qué no es un “musical”? Hombre, me parece un poco excesivo…
      ¿Qué busca el aplauso final, y que el personal baile, cante y toque palmas? También lo hacen por ejemplo en Spamalot, We Will Rock You, Mamma Mía o Singin’ in the Rain, y no se les censura por eso.
      El tema es que talento hay. Lo que falta es encauzarlo mejor, y ser más exigente en lo que se ha comentado. Es dirección, escénica y musical.
      Saludos a los dos y a seguir viendo musicales. Que de todo hay que ver.

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