LA FIESTA DEL CHIVO
Mario Vargas Llosa mezcla realidad y ficción hilvanando una historia que nos habla de un personaje real, el dictador Trujillo en República Dominicana y sus desmanes y matanzas en su reinado del terror, donde sus más allegados eran capaces de denigrarse por seguir a su lado y un personaje ficticio, una mujer que regresa tras muchos años al país, para visitar a su padre, que fuese uno de los hombres de confianza del dictador.
Son 90 minutos de teatro en estado puro, sin trampa ni cartón. Los actores a pesar de vivir momentos en diferentes espacios temporales y con diferentes edades, siempre visten la misma ropa, entrando y saliendo de escena a los ojos del público, sin tratar de disimular las transiciones con oscuros escénicos. No importa. No se rompe la tensión de lo que se está contando. No se intenta “adornar” una trama, sino de contar una realidad y la historia es lo que importa.
Media docena de actores para revivir esta historia capitaneados por Juan Echanove como el dictador, pero permitiendo a los demás Lucía Quintana, Manuel Morón, Eduardo Velasco, Gabriel Garbisu y David Pinillatener tener cada uno su momentos escénico. La adaptación es de Natalio Grueso y la dirección de Carlos Saura.
La acción se desarrolla en República Dominicana pero nos resuena muy cercana y muy actual con dictadores y dictadoras mediáticas que se valen de su poder para insultar y humillar a la gente que les rodea, incapaces de llevarles la contraria por miedo a perder su favor.
TEXTO: Mario Vargas Llosa
ADAPTACIÓN: Natalio Grueso
DIRECCIÓN: Carlos Saura