ELMER BERNSTEIN, músico
La mayoría del público que no es aficionado a las bandas sonoras ignora que la sintonía tantas veces oida del anuncio de los cigarrilos “Malboro”, con sus vaqueros cabalgando por las montañas rocosas de California, la escribió un hombre llamado Elmer Bernstein para la película “Los siete magníficos” (The magnificent seven, 1960).
Quizá es su banda sonora más popular, aunque tiene muchas, muchísimas menos conocidas, pero tan buenas o más que la que le hizo mundialmente famoso. Baste recordar la fragilidad de “Matar un ruiseñor” (To kill a mockingbird, 1962), o la potencia jazzística de “La gata negra” (Walk on the wild side, 1962), la elegancia de “La edad de la inocencia” (Age of Innocence, 1993), la agresividad de “La gran evasión” (The great escape, 1963), la majestuosidad de “Los diez mandamientos” (The ten commandments, 1956) y tantas y tantas que no terminaríamos de citar obras maestras de este genio de la música.
Nacido en Nueva York el 4 de abril de 1922 y fallecido en Ojai, California, el 18 de agosto de 2004, estudió con el gran Aaron Copland y comenzó en la música de cine trabajando con otros genios como Jerome Moross (“Horizontes de grandeza” (The big country, 1958)) y Alex North (“Espartaco” (Spartacus, 1960)).
Además de compartir el mismo apellido que el otro genio de la música Leonard Bernstein, les unía una gran amistad, aunque ningún lazo sanguíneo, incluso pronunciaban su apellido de forma diferente y bromeaban presentándose como Bern-STEIN del Este, porque Leonard trabajaba principalmente en New York o Bern-STEEN del Oeste, porque Elmer desarrollaba más su carrera en California donde estaba la industria del cine.
De pequeño llegó a estudiar y trabajar como actor y bailarín hasta que se centró en sus estudios de piano y composición y encarriló su carrera en la música, como ya todos conocemos. En la época dura del McCarthysmo, a principio de los años cincuenta fue llamado a declarar ante el Comité de Actividades Antiamericanas y se negó a delatar a ningún compañero que sospechase o supiese que era de tendencias comunistas, lo cual le hizo quedar marcado y verse apartado de la categoría de trabajos en los que solía estar involucrado, dedicándose a trabajar en la grabación de músicas de cine que no habían sido editadas, creando la colección “Film Music Collection”, muy valorada por los aficionados que recogía trabajos inéditos de compositores como Max Steiner, Miklos Rozsa, Bernard Herrmann, Alex North, Alfred Newman, Franz Waxman o incluso propios, que afortunadamente fue remasterizada y editada en CD por la casa Film Score Monthly.
También probño suerte en el musical teatral componiendo “How Now, Dow Jones”, con Carolyn Leigh como letrista en 1967 y “Merlin”, con el letrista Don Black, en 1983 y curiosamente obtuvo un Oscar Honorífico por toda una vida dedicada al cine y aunque fue nominado al Premio por sus composiciones en catorce ocasiones, sólo lo ganó por la música original escrita para la película musical “Millie, una chica moderna” (Throughly Modern Millie, 1967), cuyas canciones escritas por varios autores se encargó de arreglar André Previn.
No sería hasta que el director John Landis, amigo en su infancia de los hijos del compositor quien lo devolvería a proyectos de mayor embergadura cinematográfica, confiando en él y enfrentándose a los directivos de las productoras que no veían que fuese capaz de componer para la línea de películas que se hacía en los años ochenta, tras tanto tiempo apartado del oficio, pero demostró de sobra su valía con películas como “Los cazafantasmas” (Ghostbusters, 1984) o “Aterriza como puedas” (Airplane, 1980), o el mismísimo videoclip de “Thriller” con Michael Jackson, que le dieron una segunda oportunidad para su genio creativo en joyas como “Los timadores” (The grifters, 1990), “Mi pie izquierdo” (My left foot, 1989) o “Lejos del cielo” (Far from Heaven, 2002).
Os dejamos un video de un concierto homenaje con su música con su hijo, el también compositor Peter Bernstein, dirigiendo la orquesta.