
CENTAUROS DEL DESIERTO (The searchers)
Otra obra maestra de John Ford. El maestro nos cuenta la obsesiva búsqueda de Ethan (John Wayne), tratando de encontrar durante años a su sobrina, raptada por los indios cuando era una niña. Este hombre arrastra un pasado, que el director insinúa de forma muy elegante, con una serie de miradas, elipsis y situaciones que completan el rompecabezas de un personaje lleno de sombras, que Ford deja para que el espectador recomponga, con lo que no nos dice explícitamente.
En el reparto además de John Wayne como el tío Ethan, Jeffrey Hunter es su sobrino Martin, Vera Miles es Laurie la enamorada de Martin, War Bond es el reverendo. Walter Coy es el hermano de Ethan, Dorothy Jordan es Martha la cuñada, Pippa Scott es Lucy la sobrina mayor de Ethan y Nathalie Wood es la sobrina pequeña, a la que buscan durante toda la película. Patrick Wayne, hijo de John Wayne, interpreta a un militar algo inexperto. Un desafortunado título español para “The searchers” (Los buscadores). Considerada la obra maestra de John Ford, aclamada por Steven Spielberg o Martin Scorsese. Rodada en Vistavisión en el fabuloso Monument Valley tan querido por el director y con la música de Max Steiner. Toda una lección de cine, sugiriendo y dejando que el espectador imagine lo que no ve. No necesita mostrar el ataque de los indios, ni los cuerpos mutilados. La expresión aterrorizada en el rostro de los actores es suficiente.
Todo ese inicio desde que se abre la puerta a una historia llena de sutiles apuntes, que sin decirlo nos hace adivinar que hubo algo entre John Wayne y su cuñada. Quizá por eso se marchó Wayne hace cinco años. Wayne es un perdedor que eligió el bando equivocado en la guerra. Es un ser racista y violento. No es el Wayne bonachón que nos tiene acostumbrados. El actor manifestó que era la película de la que estaba más orgulloso.
De obligada visión.