SALOMÉ de Magüi Mira
Magüi Mira nos trae su visión de “Salomé”, el personaje que parece en la Biblia que con su solo nombre nos trae la imagen de la cabeza de Juan el Bautista, servida en una bandeja de plata. Salomé fue la hijastra de Herodes, que arrastrado por la lujuria, prometió darle lo que quisiera, hasta la mitad de su reino, si bailaba para él. Salomé dirigida por su madre Herodías, le pidió la cabeza de Juan el Bautista.
Mientras se nos ha contado su historia tachándola de mujer caprichosa por pedir semejante trofeo, otros autores la han descrito como un juguete en manos de su madre, ya que Salomé debería tener unos doce años cuando ocurrió el drama. Se ha fantaseado mucho sobre el personaje, tratando de entenderla más allá del retrato que se nos ha vendido de femme fatale y cruel.
Oscar Wilde justificó lo ocurrido haciendo que Salomé estuviera enamorada de Juan el Bautista y al ser rechazada por él, ordenase su muerte por despecho, aunque terminaba besando en la boca al Bautista decapitado y Herodes, enamorado de Salomé, al no poder conseguirla ordenaba matarla. Vamos una tragedia con toques de romanticismo y sacrificio.
La versión que nos llega a los escenarios escrita y dirigida por Magüi Mira, añade un elemento a la historia, haciendo que Salomé no sólo está enamorada del Bautista, sino que cree en la visión del profeta que predica la llegada de un mundo nuevo y quiere unirse a él para vivir juntos otra vida lejos de los atropellos que observa a diario en palacio, pero el Bautista no se deja seducir y se desata la tragedia.
La propuesta escénica tiene imágenes de una plástica muy potente que se alternan con otros pretendidamente cómicos, que rompen la magia del momento. Recuerdo detrás mío un espectador que al ver aparecer a los soldados todos cubiertos de negro soltó: “Mira, Sor Citroen” y es que el vestuario de algunos personajes es más que peculiar. La música de Marc Álvarez acompaña muy bien las escenas, aunque las tres canciones que canta Pablo Puyol (Juan el Bautista), no me aportan nada a la historia.
En el reparto brilla espectacular Belén Rueda como Salomé, secundada por Luisa Martín y Juan Fernández como Herodías y Herodes, que tienen la difícil tarea de interpretar unos personajes que deben provocar la risa, sin caer en el ridículo. Pablo Puyol está correcto como Juan el Bautista, aunque es Sergio Mur el que tiene posiblemente el personaje más agradecido de la función, como el observador que nos cuenta lo que ocurre, que como dijo la directora en la rueda de prensa, en cierto modo es su “alter ego”.
Una propuesta arriesgada y valiente, con una mezcla de diferentes géneros desde el musical a la danza, el sainete y el drama, pero con algunos ingredientes que no terminan de potenciar el sabor del guiso.
TEXTO Y DIRECCIÓN: Magüi Mira
Terminamos con el enlace a la rueda de prensa que se dio en el Teatro Olympia de Valencia