MÁS APELLIDOS VASCOS
Por si estas líneas las leyese alguien que no hubiese vivido en España en los últimos doce meses, aclararé que la película “OCHO APELLIDOS VASCOS”, del director Emilio Martínez-Lázaro, mostrando la relación entre un andaluz y una chica vasca, se convirtió al mes de su estreno, en la película española más vista de todos los tiempos y en la segunda más taquillera de la historia del cine español, lo que hizo que se pusieran a trabajar rápidamente en una secuela a estrenar en el 2015, protagonizada de nuevo por los actores de la original Dani Rovira, Clara Lago, Karra Elejalde y Carmen Machi.
Aún así, dispuestos a explorar y explotar el filón encontrado, los autores del guión original prepararon una versión teatral con el título de “MAS APELLIDOS VASCOS”, en la que no se mantiene una línea argumental única de principio a fin como en la película, sino que se van mostrando sketchs o situaciones puntuales, aunque algunas tengan comtinuidad a lo largo de la obra. O sea que la versión teatral NO ES una adaptación de la película, ya que entre otras cosas, aquí al contrario que en el film, el chico es vasco y la chica andaluza.Contando con Leo Rivera, un actor todo terreno al que hemos visto desde trabajar con marionetas en “Avenue Q”, a bailar y cantar en musicales como “Mamma mia”, “Marta tiene un marcapasos” o “El último jinete”, aquí dando vida a varios personajes a lo largo de la obra, en los que al igual de sus compañeros, en una escena es vasco y en la siguiente es andalúz, cambiando el acento, apariencia y ritmo del personaje en cuestión de segundos, acompañado de una Rebeca Valls, otra versátil gran actriz a la que vimos recientemente en “El feo”, “¿Me esperarás?” o “Casa de muñecas”, de nuevo dando rienda suelta a su extraordinaria vis cómica, poniéndola al servicio de cada uno de los papeles que interpreta, dotándolos de su picardía y credibilidad.
Tanto Leo como Rebeca ya habían trabajado con Gabriel Olivares, posiblemente el director más prolífico de la escena española, destacando sobremanera en el terreno de la comedia, que en esta ocasión vuelve a brillar en la sencilla pero estudiada puesta en escena, valiéndose de cuatro excelentes actores para dar vida a un sinfín de personajes, con el tiempo perfectamente medido para que se intercambien los papeles y la acción avance, con todos los cambios precisos que ocurren entre bambalinas en cuestión de segundos, para asombro y regocijo del público de la sala. Me pregunto si sería más o menos cómica la función vista desde el patio de butacas o desde el backstage.La otra pareja de actores, Cecilia Solaguren y Carlos Heredia, excelentes también en sus cometidos eran nuevos para mi, poco seguidor de las series televisivas, aunque también tienen larga experiencia teatral y cierto es que están magníficos, me viene a la memoria una escena de Cecilia en la que cual Jekyll y Hyde, cambia de personaje sin abandonar la escena y sin dejar de interpretar de cara al público, en un “tour de force” increíble, o Carlos que además de vasco y andaluz, se atreve incluso con un catalán.
Resumiendo, para mi gusto esta propuesta es muy superior a la película, aparte del valor que tiene ya de por sí el directo sin trampa ni cartón y gracias a un buen cúmulo de situaciones, buenos gags, excelente interpretación y una certera dirección que no engaña ni defrauda a nadie, porque el que va a ver la obra, se lleva un buen recuerdo a casa tras cien minutos de risas del tirón.Las fotos son de Javier Naval.
TEXTO: Diego San José, Roberto Santiago y Pablo Almarcegui
Adjuntamos video promocional de los ensayos de la obra: