LA PLAZA DEL DIAMANTE
La casualidad ha hecho que en poco más de medio mes, haya podido ver en escena las dos novelas más famosas de Mercé Rodoreda llevadas al teatro, “ALOMA“, el musical de Dagoll Dagom en la versión que presentó la RESAD de Madrid el pasado Marzo de 2015 y ahora “LA PLAZA DEL DIAMANTE”, en la producción del Teatro Español, que la temporada pasada consiguió colgar en Madrid, el cartel de “No quedan localidades” en todas sus funciones.
El trabajo de Juan Ollé, uno de los fundadores del grupo Dagoll Dagom, para condensar el texto de la escritora catalana, en un monólogo de 70 minutos, que ya dirigió anteriormente protagonizado por Jessica Lange con el título de “The time of the doves”, es una filigrana que funciona estupendamente engarzando sabiamente los momentos más ligeros con otros más intensos y dramáticos de la vida de Natalia, el personaje central, a la que su marido decide llamar “Colometa” (Palomita) y que vive en una casa con sus dos hijos y montones de palomas.
La “Colometa” se nos aparece sentada en el banco de un parque y nos cuenta sus vivencias, cuando siendo una niña la sacó a bailar Quimet, que le dijo que se casaría con él y al que obedeció en todo, desde abandonar el novio que tenía o renunciar a su nombre por el de Colometa. Ella nos va narrando su historia personal, sin emitir ningún juicio de valor sobre las personas que se cruzaron en su vida, pero que su relato nos descubre a la abnegada, trabajadora y sufrida mujer, que vivió una guerra en la que perdió a sus seres más queridos y desde la aceptación, sacó su casa y sus hijos adelante.
Lolita Flores es toda una revelación, ya que pulveriza todos los clichés que puede haber sobre ella y afronta este intenso papel en el que impresiona verla sentada durante más de una hora, sin apenas moverse, salvo algún leve gesto, una esbozada sonrisa, una cómplice mirada o un leve movimiento de hombros para subrayar lo que está diciendo, sin más soporte que la de algún fragmento musical o una muy cuidada iluminación.
Hace falta valor para defender en solitario un texto tan desgarrador y cargado de vivencias, con una interpretación contenida que pone al texto y a la actriz a la altura de otros grandes monólogos femeninos como “La voz humana” de Jean Cocteau con Amparo Rivelles o “Cinco horas con Mario” de Miguel Delibes con Lola Herrera.
Salí emocionado y contento del Teatro Talía de Valencia por dos razones: Primero por ver que una producción del Teatro Español, sale de Madrid y Segundo por poder disfrutar de una Lolita, a la que ni los teléfonos móviles, ni las toses, ni una señora que no debería estar muy bien mentalmente, rompió el silencio sepulcral del patio de butacas en dos ocasiones con sonoras carcajadas, o con desconsolados y sonoros sollozos, descolocando al público, pero que no pudo con una actriz de altura que no perdió la concentración y terminó su interpretación con el patio de butacas en pie aplaudiendo y obligándola a salir a saludar en tres ocasiones.
TEXTO: Juan Ollé adaptado de la novela de Mercé Rodoreda “La plaça del diamant”
Os dejo un video promocional de la obra