ANTÍGONA
Miguel del Arco ha demostrado en repetidas ocasiones su habilidad para acercar a nuestros días los clásicos teatrales, siempre desde el mayor respeto por los autores originales, pero en esta ocasión ha ido más lejos ya que ha retrocedido hasta Sofócles, nada menos que a un autor cifrado en el año 442 antes de Cristo y escoge la historia de Antígona, personaje mitológico que sirvió de inspiración a autores como Eurípides, Salvador Espriu, Jean Anouilh, Jean Cocteau, Bertold Brecht o Carl Off, que se ha podido ver como ópera o como drama teatral y que del Arco devuelve a su formato original, una tragedia que se vale del “coro griego” como vehículo para hacernos llegar la voz del pueblo.
Tuve el privilegio meses atrás de asistir como oyente, a algunos trabajos que como Teatro de la Ciudad acometieron conjuntamente Alfredo Sanzol, Andrés Lima y Miguel del Arco que decidieron investigar el tema de la tragedia griega y afrontar la puesta en escena de “Edipo”, “Medea” y “Antígona” respectivamente, utilizando el coro como elemento importante y presente en la historia, lo cual a día de hoy, tras haber visto en qué se han convertido aquellas ideas, esbozos y juegos con el equipo, probando diferentes opciones, me ha maravillado todavía más el resultado obtenido.Recuerdo cuando comenté a Miguel el impacto que me produjo escuchar el discurso de Creonte y su forma de ver la política, con unas ideas tan actuales, directas, claras y ejemplares que del Arco me respondió: “Si es que ya lo dijeron todo los griegos”, lo cual me hizo pensar que el ser humano no ha aprendido nada, tras tantos siglos de decretar leyes para regular la justicia y ser lo más ecuánime posible, el poder todo lo corrompe y como dice Creonte: “Nunca terminarás de conocer a un ser humano hasta que lo veas ejercer el poder”. Realmente demoledor.
La puesta en escena es sencillamente brillante, con esa polivalente bola gigante que ejerce de globo terráqueo, de Luna, de Sol, de roca, sin más apoyo que el de unas finas cortinillas que ayudan a componer con los actores imágenes plásticas muy hermosas, sugeridas o subrayadas por las luces de Juanjo Llorens, que no puede jugar con colores ya que casi todos los elementos utilizan sólo gamas de negros y grises y al igual que la música de Arnau Vila es un recurso narrativo más, utilizado en momentos puntuales y desde un segundo plano, puesto al servicio del texto que es lo fundamental de la obra, ya que nada debe distraernos de su mensaje.Además del atrevimiento de dar el papel de Creonte a una mujer, estupenda Carmen Machi, ganando doblemente el personaje al mostrarnos una mujer ejerciendo el poder y a la vez madre enviando su hijo Hemón (Raúl Prieto) a la guerra, consigue que salten chispas en el desafiante enfrentamiento entre el poder de Creonte y la razón de Antígona, una desgarradora (Manuela Paso, apelando al amor fraternal para que Ismene (Angela Cremonte), le ayude a enterrar a su hermano, o el desencuentro de Hemon con su madre, sin olvidar al aterrado guardia (José Luis Martinez) dando una noticia que puede costarle la vida. El reparto se completa don el siempre eficiente Cristobal Suárez dando vida al adivino ciego Tiresias y Santi Marín con Silvia Álvarez que forman parte del coro en las escenas grupales.
En esta ocasión Miguel de Arco tiene como ayudante de dirección a Israel Elejalde, que aparte de haber dirigido trabajos como “Sótano“, ha sido siempre un actor del equipo de Del Arco. Lástima que este trabajo se vea en Mérida y termine sus días en breve, porque debería estar permanentemente en cartel, para que nuestros políticos pasaran a oir el discurso de Creonte, al menos una vez cada quince días.
TEXTO: Sofócles
VERSIÓN Y DIRECCIÓN: Miguel del Arco
No se ha publicado todavía el texto de esta versión, pero es de esperar que la editorial Antígona (curiosamente), que ha publicado las últimas adaptaciones de Del Arco, lo saque a la venta.
Para terminar un video promocional de esta versión con declaraciones del director