
HASTA QUE LLEGÓ SU HORA (Once upon a time in the West)
La historia de la película la imaginaron tres genios del cine italiano, nada menos que Dario Argento, Bernardo Bertolucci y el propio Sergio Leone, siendo este último el que se encargaría de dirigirla. Leone ya era una celebridad tras su éxito mundial con su “trilogía del dólar” (“Por un puñado de dólares”, “La muerte tenía un precio” y “El bueno, el feo y el malo”). Con semejante as en la manga se dispuso a rodar otra la trilogía, ahora centrada en la historia de América, comenzando con una sobre el mundo de la mafia y los gangsters, pero Paramount que iba a patrocinarla, quiso que antes hiciese otro de sus spaguetti westerns, con los que había reflotado el género.
La trilogía con el paso del tiempo sería (“Erase una vez en el Oeste”, “Érase una vez en América” y “Érase una vez la revolución”), que en España los distribuidores se cargaron la “marca” que definía la trilogía y las llamaron “Hasta que llegó su hora”, “Érase una vez en América” y “Agáchate maldito”. Leone tuvo un presupuesto de cinco millones de dólares que le abrió todo un abanico de posibilidades. Desde rodar en el Monument Valley, homenajeando a su maestro John Ford, a contratar el reparto que quisiera.En el guion había una hermosa mujer que llega para establecerse en una tierra, que va a ser punto de paso del ferrocarril que cruzará el país. Claudia Cardinale, bellísima a no poder más, se quedó con el papel. Para el villano de la historia Leone quiso a Henry Fonda, al que quiso endurecer su mirada y cubrir sus ojos azules con unas lentillas marrones, pero le daban un dolor de cabeza tremendo al actor y tuvo que abandonar la idea. Para “Armónica”, el bueno de la historia, se quiso a Clint Eastwood pero estaba ocupado y el papel recayó en Charles Bronson. Para “Cheyenne” uno de los bandidos el estudio quería a Kirk Douglas, pero Leone que tenía la última palabra eligió a Jason Robards.
La película tiene todos los tópicos del western. La llegada del ferrocarril. El desconocido que llega no se sabe de donde y tras solucionar los problemas del lugar se marcha. Los bandidos. La venganza largamente esperada. Los pistoleros a sueldo. La mujer de pasado dudoso, etc con Leone todo parece nuevo. Rodada con unos primerísimos planos, juega muy bien con los silencios (la escena del inicio en la estación es modélica). Y cuando entra la música de Morricone, con esos traveling aéreos (la llegada de Jill a la estación) o esas tomas panorámicas (el viaje de Jill en calesa a través del Monument Valley), es cuando la película se desparrama en una borrachera de arte y un disfrute para la vista y los sentidos.Aunque vi la película en su día en el cine disfrutando de la fotografía de Tonino Delli Colli en todo su esplendor y me gustaba mucho la banda sonora de Morricone, no sería hasta años más tarde, con la recuperación de la versión expandida, con escenas eliminadas por la censura, o por los distribuidores, para hacer factible el triple pase en las sesiones continuas de los cines de la época, fue con la llegada del blu ray y la versión de los 165 minutos, cuando me rendí por completo de la película. Enorme películón de Leone+Morricone.
La película está en FILMIN