JORDI GALCERAN, 2013
Con motivo de la presentación de su último trabajo para la escena, “EL CRÉDITO“, tuve ocasión de entrevistar a Jordi GALCERAN, catalán, nacido en Barcelona, que estudió Filología Catalana, impartiendo clases de lengua, además de actuar y dirigir teatro desde muy joven, hasta que decidió dedicarse sólo a escribir. Era una entrevista que hacía tiempo quería hacer, ya que me parece uno de los autores más interesantes de nuestro país, que sabe tratar el humor y el suspense con toda naturalidad, además de sorprendernos de vez en cuando con musicales como “Gaudí” o “Paradis”, en colaboración con el músico Albert Guinovart, que sólo han podido verse en Cataluña.
LOVE4MUSICALS.- Habiendo dirigido teatro hace tiempo, ¿no te has planteado en algún momento dirigir una obra tuya?.
JORDI GALCERAN.- Lo hice cuando comencé en el mundo del teatro aficionado con los amigos. Creamos un grupito y empecé a escribir comedias y a dirigirlas, pero cuando llegaron a estrenármelas en el ámbito profesional, decidí que mejor ser sólo autor, que hay muy buenos directores en este mundo y así dedicarme a hacer mi trabajo, además de que personalmente lo de ensayar lo encuentro muy aburrido.
Cuando termino de escribir una obra, ya sé cómo se hace y pasarme cuatro semanas ahí dándole…. no. Es un viaje que ya he hecho y creo que otro podrá descubrir cosas que yo no sabría descubrir y en ese aspecto, lo tengo muy claro. Normalmente siempre he tenido suerte y sinceramente digo, que los montajes de mis obras, casi siempre superan al texto.
L4M.- Comentabas en la rueda de prensa que cada obra la reescribes una y mil veces, con lo que cuando la entregas la tienes más que vista en tu mente…
JG.- Lo que ocurre es que escribo muy rápido, pero luego reescribo durante mucho tiempo, intentando mimar cada réplica. Doy a leer el texto a muchos amigos, guionistas, artistas de teatro y a partir de lo que ellos me dicen descubro cosas, de forma que intento que mi trabajo sea entre comillas “lo más perfecto posible”, así que cuando entrego un texto, le he dado muchísimas vueltas y le digo al director que aunque soy un autor vivo, actue con el texto como si fuera de un autor muerto. Ahí está el texto y yo no estoy, por eso no voy a los ensayos, de hecho esta versión en castellano, todavía no la he visto.
L4M.- Iba a preguntarte si habiendo sido actor, habías pensado actuar en alguna obra tuya, pero ya veo que no.
JG.- No, no. Lo hice cuando estaba en el teatro aficionado. Me gusta mucho, me lo paso muy bien, pero creo que no debo castigar al mundo con mi estilo. Todavía hago cosas en teatro amateur en Barcelona, pero para divertirme. No es preciso hacer sufrir a la gente.
L4M.- Ja, ja, ja. Tus obras son sinónimo de éxito y encontramos en ellas actores prestigiosos de la escena española. ¿Has escrito alguna vez con un actor en mente?.
JG.- Verás, siempre pienso que mis obras las van a representar los mejores actores… del mundo y esto me ayuda mucho a no escribir demasiado, porque lo harán tan bien que te dices: “Esto no hace falta escribirlo, porque saldrá el actor y ya lo dará”. Sólo diciendo “buenos días”, ya se verá que está enamorado, no hace falta que ponga aquí unas palabras preciosas sobre mi amada. El mirará a la chica y ya se verá. Pensar de esta manera es muy útil a la hora de escribir y aunque no tengo en mente actores concretos, pienso que serán muy buenos y lo cierto es que he tenido la suerte de que casi siempre lo han sido.
He sido muy afortunado con los elencos de mis obras. El texto en teatro es un tanto por ciento importante, pero es un tanto por ciento, podemos discutir si es el 50%, el 60% o el 48%, pero después tienen que venir los actores que le darán vida y si ellos no hacen creíble esa historia, todo se cae.
L4M.- Personalmente creo que el guión es fundamental y unos diálogos precisos que te hagan olvidar que estás viendo teatro…
JG.- Sí, es verdad. Podíamos llegar al acuerdo de que es un 70%, un 80%, un 90%, pero, no lo es todo. He visto obras mías en los que a la salida los comentarios eran: “Que obra tan buena” y la misma obra con diferente reparto, donde los comentarios eran “Que obra tan mala”. Es decir un casting mal hecho, convierte en malo el texto, por tanto, es un trabajo de equipo. Por eso, los autores de teatro, normalmente somos humildes, porque sabemos que no somos el todo. ¿Quién no ha visto Shakespeares aburridísimos?… y convendremos en que el problema no estaba en el texto…
L4M.- Uno de los referentes comunes en tus obras es que sueles nadar en aguas peligrosas, pero sabes como salir del agua con fuerza, sin agotarte, así en “El método Gronholm” tocas la lucha descarnada y sin escrúpulos para encontrar un trabajo a toda costa, perdiendo incluso la dignidad y es una pena, porque me gustaría volver a verla, pero no está en cartel en España. ¿Si tomases ahora ese argumento, con la crisis actual, la escribirías de otra manera o piensas que no le falta ni le sobra una coma…?
JG.- La comedia funcionaría exactamente igual. La obra se está representando en muchos países y pienso que quizá ahora no pondría a cuatro ejecutivos luchando por una plaza. Podría poner a cuatro chavales luchando por un puesto de comercial, o a cuatro chicas luchando por un puesto de cajera, pero la obra sería exactamente igual.
L4M.- También se hizo una adaptación al cine que recibió buenas críticas, pero para mi estaba a años luz del clima que tu creabas en teatro, que no podían ni cruzar la puerta de la sala en la que estaban, o perdían la plaza y en el cine podían salir, tomarse un café… perdía bastante la fuerza …
JG.- No puedo decirte más que… estoy totalmente de acuerdo.
L4M.- Ja, ja, ja. El caso es que pensé que tendría que comprobar si la adaptación al cine la habías hecho tú….
JG.- No, no. Compraron los derechos. Hicieron un guión nuevo, incluso estuve luchando para que no llevase el mismo título, ya que no quería que ensuciase la carrera de la obra, pero esto sucede en el cine. De hecho les pregunté: “Si no os gustaba la obra tal como estaba, ¿por qué la comprásteis?”.
L4M.- Sí, es cierto. Recuerdo que se estrenó como “El método” y me alegro de estar de acuerdo contigo en este punto. Tus obras tienen unos planteamientos muy típicos y personales, normalmente se desarrollan casi siempre en tiempo real, con un título con el que nunca sabes con lo que te vas a encontrar y en ambientes cerrados, claro en la película me sorprendió ver que la gente salía de la sala, tomaba un café con pastas…. bueno, no hace falta seguir hablando ya que estamos de acuerdo.
JG.- Lo que espero es que algún día se estrene en Estados Unidos. Llevamos muchos años trabajando en el tema y creo que lo vamos a conseguir y entonces, los americanos harán con ella una película estupenda.
L4M.- Amén. Hace poco se revisó uno de tus primeros trabajos “Fuga” que pude ver y reconozco que es una historia divertida, quizá no tanto como las desternillantes últimas, pero ya se apuntaba tu estilo donde tocabas el tema de la corrupción política. Parece que vas un poco por delante de las cosas que van a ocurrir y me pregunto: ¿”Si escribieras ahora esa obra, el político sería un ser más corrupto, o …?”
JG.- Es que esta obra tiene unos veinte años y la anécdota de la obra es real. Lo que contaba de que un ministro tenía que dimitir porque le había hecho un chalet un constructor … le ocurrió a un conseller de la Generalitat. Fue exactamente eso mismo y tomé el hecho para escribirla, haciendo de el ministro un incauto que caía en manos de aquella banda de timadores, en una comedia desaforada, que pretendía ser muy divertida y jugaba con un tema que siempre me ha gustado: los timadores. De hecho en mis obras, siempre hay personajes que están de alguna manera engañando a los demás. Me quedé sorprendido de que quisieran recuperarla ahora y en Madrid fue muy bien…
L4M.- Sí, sí. Yo la vi en Torrente (Valencia) y estaba muy bien, el reparto, la trama… pero si no hubiera visto las otras como “El método Gronholm” que me fascinó, por no hablar de “Burundanga” que me caí de la butaca de reírme…. Entré sin saber de qué iba y lloraba de risa, diciéndome “y está hablándome de la ETA”. ¿Has tenido algún problema con ella en el País Vasco?.
JG.- No, no. Hicieron temporada en San Sebastián y en Bilbao y fue estupendo. Hay muy pocos temas que no se puedan tratar en comedia. Tienes que encontrar la historia justa, el tono adecuado, los personajes…. “Burundanga” me costó mucho escribirla, porque no quería ofender a nadie y es que ofender es muy fácil.
Mi pretensión era que todo aquello colase y el público se riera y no se sintiese ofendido con la obra. Me contaron que aquí en Madrid alguien se había levantado y se marchó diciendo: “Con esto no se puede hacer comedia”, pero, vamos, muy poco. Claro la gente es susceptible y cada uno tiene su susceptibilidad en la que no puedes entrar y mi trabajo era utilizar aquellos personajes, de manera que no fueran ofensivos y que hicieran comedia.
Encontrar los resortes para que aquello funcionara, no fue fácil. Te secuestran a un tipo un par de etarras. Si el secuestrado tiene miedo, no es divertido, pero si resulta que el tipo no les tiene ningún miedo, si encuentras ese click, donde el secuestrado dice: “Yo soy más terrorista que tú, terrorista de mierda. Yo sí que soy un terrorista de verdad”. Esa es la perspectiva de la comedia que te cambia y luego el otro click que me hizo terminarla, fue que ellos fueran los dos últimos terroristas de la banda. Eso les hacía divertidos. Si no hubieran sido los dos últimos, la comedia se caía. A veces encontrar esos detallitos, esos resortes, es lo que te hace soportable la historia.
L4M.- Tenía la misma duda con “El crédito” que se estrenará mañana, porque me preguntaba cómo podías hacer comedia con un tema tan dramático como el de las hipotecas, donde hay una fuerte sensibilidad social con el tema, pero en la rueda de prensa ya me cazaste al decir que no es el tema que tocabas, sino la vulnerabilidad del ser humano. Ahí ya me ganaste.
JG.- El público con “El crédito”, primero disfruta riéndose con el banquero, porque tienes ganas de reírte de él, pero creo que lo bueno que tiene la comedia, es que al final nos damos cuenta de que el banquero es igual que nosotros y está haciendo un trabajo igual que nosotros y es tan vulnerable y frágil como nosotros.
L4M.- Eres también adaptador de textos. Tuyas son las adaptaciones de musicales como “El rey león”, “Están tocant la nostra cançó” (They’re playing our song), o de textos de autores como Gogol (El inspector) o Ben Hecht (Primera plana)…
JG.- Además de más musicales que aquí no habéis visto como “Siete novias para siete hermanos” en catalán, que es buenísimo, que .. igual se hace en castellano, ya veremos. A mi es que los musicales me encantan, me fascinan. Ahora con los niños y la familia es más complicado, pero cuando era más joven, todo el dinero que tenía, me lo gastaba viajando a Londres para ver musicales.
Tuve la oportunidad de hacer un musical de gran formato que fue “Gaudí”, que no fue demasiado bien, pero… bueno y siempre tengo presente lo de escribir un musical, pero en este país es muy difícil conseguir producción para hacer un musical como debe hacerse. Por eso, la experiencia de “El Rey León” fue fantástica, poder entrar en un mundo en el que pensé que no podría entrar nunca y hacer la adaptación y las letras de las canciones…
L4M.- ¿Las letras de las canciones también son tuyas?
JG.- Sí, sí y los fans de “El Rey León” me odiaron durante mucho tiempo. Espero que ahora ya se hayan recuperado, porque les cambié las letras de la película. Los padres me decían: “Vengo con mi hijo que se las sabe todas las canciones y va al teatro y le cantan otra cosa…”. Salían muy enfadados.
L4M.- Bueno, eso pasa con los musicales de Stage que hace sus propias adaptaciones, diferentes de las ya existentes. Por cierto, hay algunas obras tuyas que no he podido ver y me preguntaba si se pueden conseguir en texto, porque aunque sé que eres amante de que el teatro se vea en el teatro, cuando no están en cartel….
JG.- Sí, hay algunas cosas publicadas. Por ejemplo, ahora se editará la de “El crédito” y en catalán hay un volumen titulado “Seis comedias”, y sí, hay cosas publicadas, pero no me preocupo, porque el teatro es para representarlo. El teatro leído es para interesados en el tema, para eruditos, para estudiantes, pero el público en general no tiene por qué leer el teatro.
L4M.- Estamos de acuerdo. No es lo mismo una obra hecha por unos actores que por otros, pero mira yo no pude ver “Dakota”. ¿Cómo me las arreglo para saber lo que era y cómo se desarrollaba?. Me gustaría volver a ver “El método Gronholm” y ya no está representándose y desde luego, la película no quiero volver a verla, más bien quisiera borrar el recuerdo de la película volviendo a ver la obra de teatro, pero no puedo.
JG.- Pero ese es el encanto del teatro. Es una cosa efímera, se hace durante un tiempo y desaparece…
L4M.- No es justo, no es justo. Ja, ja, ja. Perdona, pero no es justo. Bueno, veo que no te convenzo, así que cambiemos de tema. ¿Cuando eliges una adaptación eliges en función de que el autor te guste porque veo que has adaptado a genios de la comedia como Neil Simon, Ben Hecht, Yasmina Reza…
JG.- Es mi trabajo. Hago casi todo lo que me proponen. Lo que pasa es que casi siempre me proponen comedias y me lo paso muy bien, porque normalmente son comedias de éxito y generalmente de autores importantes, pero yo me dedico a esto y cuando me proponen algo suelo decir quer sí.
L4M.- ¿Pero no aceptas sólo cuando el autor te gusta?.
JG.- No, yo las adaptaciones o traducciones las hago sólo por encargo. No me pongo a traducir una cosa porque me gusta, de forma que los encargos que me vienen, yo los acepto. Yo me gano la vida así, es mi trabajo. Intentas hacerlo todo con ilusión y bien, pero no hay más. Es como a ti que hoy te mandan a entrevistarme a mi y mañana te dicen “vete a entrevistar a este…”
L4M.- No, ahí sí que no. Yo estoy jubilado y elijo a quien me apetece entrevistar y la tuya era una a la que le tenía muchas ganas. Ja, ja, ja. Bueno volviendo al tema del musical, dices que también escribes o adaptas las letras de las canciones de los musicales, ¿te es más difícil tener que estar obligado por la métrica y el verso para ti que normalmente escribes prosa?.
JG.- Es un viaje distinto hacer las letras antes de la música, o como en “El Rey León” que había que hacer las letras teniendo ya la música y absolutamente cerrada. Personalmente, casi me divierte más hacer las letras con la música ya hecha. Lo último que escribí fue un musical navideño muy pequeño que hice con Albert Guinovart, yo le daba el ambiente de la canción y el me enviaba luego la melodía a la que yo le ponía la letra y así me es mucho más fácil de escribir, porque sólo la melodía ya te lleva.
Al hacer letras de canciones hay un efecto muy pernicioso que se tiene que evitar y te pasa a menudo, cuando escribes antes la letra y es que la música dice una cosa y la letra dice lo mismo, con lo cual dices las cosas dos veces, estás subrayando. Entonces una canción romántica, queda melosa, cursi ¿por qué?, pues porque con la letra dices una cosa y el músico con la música está diciendo la misma. Entonces, debes tener mucho cuidado con esto, así que cuando tienes la música antes y ves que es romántica, no hace falta que seas romántico a la hora de escribir la canción y entonces salen unas letras mucho mejores.
L4M.- Comentabas que la gente te odió por cambiar las letras de las canciones de “El Rey León” y me ha venido a la cabeza el escándalo que montamos -yo el primero- porque el Jean Valjean de “Los Miserables, el musical” en España no era el preso 24601, sino el 24633 o el “One day more” que en la primera adaptación teatral se tradujo como “Un día más” y ahora se ha cambiado por “Sale el sol”. Como adaptador, ¿hasta qué punto se ha de buscar la literalidad en la traducción o el mantener sentido de la frase?.
JG.- Lo importante es ser literal en la intención del autor, de forma que si el autor quiere poner en determinado punto un chiste, debes encontrar un chiste que sea igual de gracioso, pero no tiene por qué ser el mismo. Tienes que hacer un chiste que funcione igual que funcionaba el que puso el autor y que el público español, se ría igual que lo hacía el público francés y con las letras de las canciones lo mismo.
Como no se puede ser literal, porque es imposible ser literal y rimar, lo que debes hacer es entender la canción y reescribirla para que tenga los mismos efectos y en los mismos lugares, porque en “El Rey León” fue un trabajo muy duro, porque ya estaba todo fijado.
Las coreografías estaban ya fijadas y hay movimientos que van con un “pam” y tenías que encontrar la palabra para que esa idea estuviese en el mismo sitio, porque había un bailarín que con ese “pam” quedaba muy bien y si colocabas una palabra distinta, ese movimiento quedaba fatal. Por tanto, fue un trabajo muy meticuloso de entender bien las ideas, ver el video del musical, entender todas las coreografías, para intentar hacer lo mismo, ya que si decía “nuestro hogar es un desierto” (hace un gesto barriendo con las manos desde el pecho hasta llegar a poner los brazos en cruz), tú no podías decir otra cosa y tenías que buscar la manera de estar allí, en el mismo sitio.
Fue muy bonito y después cuando vino el equipo americano y lo revisamos todo con los músicos, con ellos que han montado ya cincuenta veces “El Rey León” y saben de sobra lo que hay que hacer. Aprendí mucho, sí, aprendí mucho.
L4M.- ¿Y no te has planteado hacer un musical de una obra tuya?.
JG.- Las obras de texto no creo que den. Claro, yo escribí “Gaudí” que fue un encargo y he escrito un par de musicales pequeñitos y hay algunas propuestas de hacer un musical, pero es muy complicado.
L4M.- Es que me haces volver a lo mismo: el guión. Lo que faltan son ideas. Ahora van a estrenar los musicales de “Los Puentes de Madison”, “Rocky”, “Luna de miel en Las Vegas”, “Big Fish”, “King Kong”….. y claro una persona como tu que tiene ideas originales, que las sabe llevar a escena….
JG.- Es que es complicado encontrar buenas ideas para un musical y los productores, como cuesta tanto poner en pie un musical, no se lanzan sólo con una buena idea, por eso los musicales que se hacen son o franquicias o el musical con las canciones de Mecano, o de Abba…, porque los productores necesitan tener más soportes donde apoyarse, no sólo una buena historia y una buena música, sino más cosas, porque la apuesta es tan alta, que necesitan sentirse seguros, entonces es muy difícil colar una idea diciendo tener una muy buena idea para un musical, les dices: “Ven, gástate diez millones de euros” y te contestan: “Bueno, bueno. Y no lo podíamos hacer con canciones de no sé quién….”. Es complicado, muy complicado.
L4M.- Iba a preguntarte sobre el trabajo que te ha dado más satisfacciones, que pienso que será “El método Gronholm”, pero ¿crees que “Burundanga” no podría ser tan exportable como la otra?.
JG.- Sí, sí. Perfectamente exportable. Lo importante de “Burundanga” es la comedia, una comedia romántica y el hecho de que sean etarras da igual, aquí nos hace gracia, pero se ha hecho también en el extranjero y funciona perfectamente, porque lo que engancha al espectador es la historia de esa chica que descubre que su novio es esa cosa terrible y da igual la cosa terrible que sea. A mi me divirtió hacerlo con un etarra, porque nadie había hecho nunca una comedia con un etarra y encontrar en teatro algo que no se haya tocado nunca, es tan difícil que cuando pillas algo así, estás de suerte.
L4M.- Pues mucha suerte con este “Crédito” y que siga la racha de “Burundanga” y a ver si alguien se anima a reponer “El método Gronholm”, que le tengo ganas. Un placer. Muchas gracias por tu tiempo y sigue sorprendiéndonos como nuevas obras de texto o musicales.
Paco Dolz para Love4musicals
Teatro Maravillas, Madrid
25 de Septiembre de 2013
Os dejo un video de una entrevista con Jordi Galcerán en “Atención Obras” de TV2