HAMLET
Reciente todavía la reseña que hice sobre “HAMLET / JAIPUR“, que adaptó y dirigió Chema Cardeña en Valencia y pude ver a primeros de este 2016, tenía verdadera curiosidad por la propuesta que había preparado Miguel del Arco sobre el inmortal texto de William Shakespeare. Curiosidad no exenta de cierta prudencia, ya que me habían advertido que se trataba de una función de dos horas y cuarenta minutos sin intermedio, lo cual viniendo de la adaptación de Cardeña que duraba aproximadamente una hora menos me extrañaba, pero también había leido que para representarla tal como la pensó el autor, la duración rondaría las cuatro horas, así que me decidí por acudir con la mente abierta a lo que me quisieran proponer desde el escenario.
Ya desde el inicio con la aparición de Hamlet (excelente Israel Elejalde), dirigiéndose abiertamente al público convulsionándose mientras repite: “Me muero. Me muero. Estoy muerto” me dejé atrapar y me rendí ante la maestría con que del Arco desde la primera escena resume un cúmulo de situaciones pasadas entre Hamlet, Ofelia, Laertes y Polonio, que aunque se desarrollaron en otro tiempo y lugar, aquí se nos presentan en el mismo espacio y con todos ellos presentes, marcando muy bien cada situación para no confundir al espectador, poniéndonos rápidamente al corriente de lo ocurrido hasta ese momento en cuatro pinceladas.El texto fluye ágil gracias a las cuidadas interpretaciones de todos los actores y como de costumbre del Arco consigue situarlo en un momento y espacio indeterminados, haciendo que las conocidas frases de “El mundo es un teatro….”, “Ser o no ser…”, “Morir, dormir, tal vez soñar…” suenen espontáneas, sin engolamientos, como recien descubiertas por los personajes, eliminando la etiqueta de “clásico” o “antíguo” y por supuesto en unos entornos creíbles y cercanos.
Conseguir reducir la trama para tan sólo catorce personajes ya es un logro, pero hacer que sean interpretados por siete actores es casi un desafío, pero del Arco se vale de recursos escénicos como el uso de máscaras y de algunos de sus actores habituales a los que sabe sacar excelentes interpretaciones y así Cristobal Suárez interpreta a Laertes, Rosencrantz y Fortinbras, mientras que José Luis Martinez da vida a Polonio, Osric y un enterrador, Jorge Kent se encarga de Horacio, Guildenstern, Reinaldo y otro enterrador, Angela Cremonte es Ofelia, Claudio es Daniel Freire y Gertrudis es Ana Wagener.La sencillez de la escenografía de Eduardo Moreno juega su papel para que el público no se distraiga con fastuosos decorados, a la vez que permite que cada espectador complete con su imaginación las escenas, sin resistirse a crear momentos de una plástica brillante, con mínimos efectos como las proyecciones de Joan Rodón, subrayados por la inquietante atmósfera sugerida por la música de Arnau Vilá y el sutil diseño de luces de Juanjo Llorens, que consiguen sobrecogernos en la butaca en muchas ocasiones.
La historia del “Príncipe de Dinamarca” se nos muestra como el tormento de un hombre con el que nos identificamos, con él y su sufrimiento por la muerte de su padre, con sus dudas y sus miedos, con la inestabilidad que supone haber perdido uno de los pilares sobre los que se apoyaba y le hace desconfiar hasta de su madre que apenas un mes tras la muerte de su marido, se casa con su cuñado, de quien Hamlet sospecha ha sido el causante de la muerte de su padre, incluso descubre que hasta sus amigos de correrías se acercan a él para sonsacarle información por indicación de su madre.Cada nuevo acontecimiento, cual bola de nieve en un alud, va acentuando la convicción de Hamlet sobre sus creencias y convirtiéndolo en un ser difícil y tóxico cargado de una energía destructiva que trastorna a las personas que lo aman, desde su madre a su amante Ofelia, a la que desprecia y rechaza hasta el extremo de que ella también cae presa de la locura. Todo ello nos irá encaminando al duelo final, por cierto, excelentemente ejecutado, en el que no percibimos coreografía de movimientos sino nervio, rabia y tensión.
Equipos como el de Kamikaze (curioso nombre para unos kamikazes de la cultura), de la mano de Miguel del Arco y Aitor Tejada han demostrado de sobra ser capaces de acercar el teatro clásico al público de hoy y que tienen programada gira por España, confiando que en un futuro vuelvan a Madrid donde las entradas para el restaurado Teatro de la Comedia se agotaron en pocas semanas para todas las funciones.Esperemos que en esta ocasión llegue a ciudades como Valencia, cuyas excelentes y multipremiadas adaptaciones de “La función por hacer” basada en “Seis personajes en busca de autor” de Pirandello, “Veraneantes” de Máximo Gorki o “El inspector” de Nikolai Gogol, no se vieron en nuestros teatros.
TEXTO: William Shakespeare
VERSIÓN y DIRECCIÓN: Miguel del Arco
Dentro de los textos publicados por la Compañía Nacional de Teatro Clásico se ha publicado el libreto de la obra con abundantes fotografías del espectáculo a todo color, así como un cuaderno pedagógico con entrevistas al equipo creativo que se venden en el teatro
Terminamos con algunos videos promocionales
Israel Elejalde y Miguel del Arco nos cuentan como ven su “Hamlet”