Los musicales “jukebox”

La fórmula no es nueva, Lo de los jukebox no lo descubrió ni Nacho Cano, ni ABBA. Es un tipo  de musical, llamado así porque se buscan varias canciones de éxito y se procura hilvanarlas de una forma mínimamente coherente con un hilo argumental que permita ponerlas sobre un escenario y disfrazarlo de musical.

Hace mucho tiempo vi en Londres un musical llamado “RETURN TO THE FORBIDEN PLANET” que se estrenó a mediados de los 80 y ganó el Oliver al mejor musical. Era una mezcla de “La tempestad” de Shakespeare con la película de culto de los años 50 llamada Forbidden planet.. En ella  se juntaban astronautas con temas clásicos del rock de los años 50 y 60 como “Johnny B. Goode”, “Pretty Woman”, “Gimme some lovin’”, “Don’t let me be misunderstood”, “Good vibrations”, “Tell him” o  “Great balls of fire”, entre muchos otros.

También me viene a la cabeza otro musical llamado “LOOKING THROUGH A GLAS ONION” en el que John Waters (nada que ver con el autor de Hairspray), sólo con su guitarra, iba desgranando una tras otra canciones de John Lennon, mezcladas con imágenes y anécdotas de las que se servía para acercarnos a la vida del autor de “Imagine”.

Si miramos un poco atrás, encontraremos muchos musicales biográficos de Buddy Holly, Al Johnson, Roy Orbison, Jersey boys, John Lennon, etc., o salvando todas las distancias lo estrenado en nuestro país como Nino Bravo, el musical.

Otros musicales jukebox se centran en la música de un grupo The Beatles (Sgt. Pepper’s),  ABBA (Abbacadabra), Michael Jackson (Thriller Live y King of pop), etc. que no dejan de ser conciertos disfrazados de musicales, sin más interés que el de ganar dinero explotando las canciones de éxito de un autor que tiene su público, que al fin y a la postre es a quien va dirigido. Y en este grupo podríamos meter con toda normalidad cosas “mejor vistas” como “Sondheim on Sondheim” o “And the world goes round”, la diferencia siempre la pondrá la honestidad en el trabajo de quien crea el espectáculo.

Personalmente no me gusta meterlos todos en el mismo saco ya que unos recurren al truco de contar la historia de un músico, cantante o grupo musical (Jersey Boys, Sondheim on Sondheim), o de unos jóvenes que quieren entrar en el mundo de la música (Hoy no me puedo levantar, Rock of ages), que tienen más posibilidades de meter canciones que no encajen en la historia, aprovechando un concierto o una grabación en el estudio, que casualmente tiene lugar en determinado momento del musical.

Hay otros casos, excepciones gloriosas para mi como son “MAMMA MIA“,  “OUR HOUSE” o “WE WILL ROCK YOU” en las que se ha elaborado un guión original en el que han engarzado un montón de canciones de un mismo grupo (ABBA, Madness o Queen) en un musical, en el que las canciones nos cuentan una historia y de no saberlo, diríamos que han sido escritas para contar esa historia.

Lo que está claro es que todos ellos desde “Jersey Boys” a “Hoy no me puedo levantar”, por poner dos ejemplos bien dispares, buscan el éxito amparándose en lo popular de los temas elegidos. Y es lícito que un autor quiera rentabilizar sus temas al máximo, pero si quieren vendernos algo que ya tenemos, por lo menos que nos lo vistan de una forma atractiva que nos de la sensación de que estamos comprando algo nuevo.

Lo que me repatea es cuando veo que disfrazan de musical un pseudo concierto-musical en el que lo importante es meter canciones, aunque sea a martillazos, sin ningún rubor por más que chirríe la forma en que colocan algunos temas. Dos ejemplos:

  1. En Hoy no me puedo levantar me revolví en la butaca de indignación cuando las novias de los dos protagonistas están quejándose de ellos y bromean con la idea de hacerse lesbianas, vamos, como el que duda entre si quiere natillas o helado de postre, en fin… de vergüenza. Cantan “Mujer contra mujer” y al terminar la canción deciden: “Va a ser que no, no nos hacemos lesbianas…” ¡Por favor, un mínimo de respeto al público, que no somos subnormales profundos. Y casos como este se repetían a dos por tres. Aún me duelen las meninges si pienso en como metieron: Dalí y Laika.
  1. En Quisiera ser, empezando por que la gente en su estreno decía que era un musical de ciencia ficción porque transcurría en el AVE Barcelona-Madrid, cuando ni  estaba  inaugurado…. Bien, pasamos a una escena en que el azar propicia el  encuentro en un vagón de una pareja que tuvieron una aventurilla en su juventud y ambos lamentan no haberse visto después. Entonces, en medio de la conversación, el chico dice a la chica: ¿Me disculpas un momento? y la sentada en el compartimento, mientras él sale del vagón para venir cara al público y cantarnos “Amor de verano” y al terminar la canción, se mete otra vez en el vagón y continua hablando con la chica como si na…..

El termino jukebox asociado al musical, suena como algo despectivo, pero entiendo que habría que distinguir entre el creador que lo concibe como una máquina de hacer dinero con total desprecio hacia el público y el musical y otro ,uy distinto, el que se molesta en preparar con dignidad un producto sacrificando lo fácil por lo ingenioso, para ofrecer al público algo cuanto menos curioso y divertido..

Conocedores del tema e informándonos de antemano de lo que nos prometen como “musical”, afortunadamente siempre nos quedará la libertad de elección para aceptar pulpo como animal de compañía o simplemente pasar olímpicamente del tema.

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