
PARADE
Este musical nos presenta otro de los momentos oscuros en el tema de la justicia en los Estados Unidos. Narra el juicio del que fue objeto el judío Leo Frank, acusado de haber violado y matado a una joven que apareció muerta en los bajos de la fábrica en la que trabajaba y de la que Leo era dueño.
La acción nos sitúa en 1913 donde Leo Frank, natural del barrio de Brooklyn, que marchó tras la guerra civil al Sur para invertir en un negocio, se siente totalmente desplazado por sus vecinos que ven en él al vencedor del Norte que les cambió su modo de vida. Su insatisfacción salpica la relación con su mujer Lucille, que se siente despreciada por un marido que elige marcharse a trabajar incluso en los días de fiesta, en vez de quedarse con ella.La aparición del cadáver de Mary Phagan de 13 años, que se despidió para ir a cobrar su paga de 1,20$ por 12 horas de trabajo y que nadie volvió a ver hasta que la encontraron muerta fue el detonante perfecto para que toda una serie de intereses personales entrasen en juego. Un periodista que tiene una historia macabra. El gobernador que presiona a un ambicioso fiscal a encoentrar al asesino.
Un amigo de la víctima, que quiso llevarla al cine la misma noche del crimen y en el funeral alzó su voz para gritar que él encontraría al asesino.El fiscal tras interrogar al vigilante negro de la fábrica que descubrió a la niña muerta y a todas luces el principal sospechoso, al no conseguir arrancarle la confesión, decidió que “No vamos a colgar a otro negrata, esta vez lo haremos mejor” y acogiéndose a que el vigilante dijo que cuando vio el cadáver llamó a Leo Frank pero no contestó, el fiscal envió a dos policías a detenerlo como sospechoso, sin más explicaciones.La ciudad estaba confusa, hecho que aprovechó el periodista para desatar una campaña de difamación contra Leo Frank. El fiscal llegó a un acuerdo con un ex convicto, para que declarase contra Leo, a cambio de darle inmunidad en un próximo juicio que debía afrontar en breve. Lucille, mujer de Leo, acosada por la prensa, se derrumba y dice a Leo que no podrá asistir a su juicio, pero Leo le ruega que vaya, para que la gente no crea que ella también lo consiodera culpable.
En el juicio los testimonios falsos se sucedían, haciendo que cada vez la gente apelotonada en la calle se enfureciese más, pidiendo a gritos la horca para Leo Frank. Finalmente fue declarado culpable y condenado a morir en la horca. La gente cantaba y bailaba en las calles, mientras Leo horrorizado abrazaba a su mujer Lucille, que a raíz del encarcelamiento de Frank su relación cambió despertando en Lucille una fuerza que la llevó a remover cielo y tierra buscando el indulto para su marido, mientras las tensiones externas acercaron más aún al matrimonio que descubrió cuan enamorados estaban uno del otro y necesitaron verse en una situación extrema para darse cuenta uno del otro.Leo apeló la sentencia y el caso saltó a los periódicos del Norte de Estados Unidos que cuestionaron la forma en que se había llevado el juicio. Lucille, comenzó un peregrinaje de visitas abogando por la inocencia de su marido, acudiendo a los periodistas y al mismísimo gobernador, que abrumado por los testimonios y una carta del moribundo juez que presidió el juicio pidiéndole que revisase el caso, decidió tras la lectura del recurso con más de 10.000 folios de testimonios, conmutar la sentencia de pena de muerte, por la de cadena perpetua, sabiendo que con ello firmaba el fin de su carrera política, porque la gente quería la muerte de Frank. El gobernador se vió obligado a declarar la ley marcial debido a los disturbios tras su anuncio de cambiar la pena del acusado, aunque no sirvió de nada.
Los exaltados ánimos de la población aconsejaron cambiar a Frank Leo de cárcel y fue trasladado a la prisión de Milledgeville, donde fue visitado por su esposa. Cuando Lucille abandonó la prisión, un grupo de enmascarados entró en la prisión y secuestraron a Frank Leo, al que se llevaron para lincharlo hasta la misma ciudad de Marietta, colgándolo de un viejo roble. Habría que esperar hasta 1986, para que el estado perdonase públicamente a Frank Leo.La obra se estrenó en el Vivian Beaumont Theatre, del complejo del Lincoln Center de New York, en Diciembre de 1998 en previas y cerró en Febrero de 1999, haciéndose cargo el Lincoln Center de las pérdidas de un montaje más ambicioso que “Ragtime”, ya que aquí se manejaba un reparto de treinta y ocho actores. La dirección fue de Harold Prince que parece quiso a Stephen Sondheim en el proyecto, pero cuando él rechazó el trabajo, la hija de Prince sugirió a Jason Robert Brown, que debutó en Broadway con este musical. Los protagonistas fueron Ben Carver como Leo Frank y Carolee Carmello como Lucille. El musical fue nominado a nueve premios Tony de los que consiguió ganar dos, los de mejor libreto, para Alfred Uhry, autor de “Paseando a Miss Daisy” (Driving Miss Daisy) y el de mejor partitura para Robert Brown.
El estreno del musical en Londres no tuvo lugar hasta que la Donmar Warehouse le programó una sesión limitada de dos meses en Noviembre de 2007, para la que el compositor escribió nuevo material, del que afortunadamente existe grabación de audio en un CD doble, que se publicó con los diálogos y todas las canciones de esta versión que dirigió Rob Ashford y que fue transferida en Septiembre de 2009 a Los Ángeles.
MÚSICA Y LETRAS: Jason Robert Brown
Existe CD del reparto original de Broadway y el CD doble de la versión de la Donmar