EMILIA
Claudio Tolcachir es un joven actor, autor y director argentino, que impresionó a toda la profesión y al público que pudo ver su obra “La omisión de la familia Coleman”, en el año 2005 con tan sólo 30 años de edad. Luego vendrían otros trabajos suyos como “Tercer cuerpo” o “El alma en un violín”, además de su impecable dirección del drama de Arthur Miller “Todos eran mis hijos” y ahora vuelve para presentarnos el último trabajo salido de su pluma, que ha estrenado casi a la vez en Argentina y España.
El autor vuelve a incidir en el tema de la familia, una constante que parece repetirse en su obra. La trama de la obra le surge tras reencontrarse ya de mayor, con la que fuera su niñera de pequeño, que le contó historias y anécdotas de su infancia, que él tenía completamente borradas de la mente, lo cual le inspiró a escribir esta historia desarrollada para cinco personajes que están unidos por unos lazos invisibles, pero que les atan y les difícultan en su crecimiento emocional y vital.
La historia nos es presentada en una habitación rectangular, delimitada por mantas apiladas que nos podrían sugerir un refugio en tiempos de guerra, pero es la casa a la que se está trasladado una familia a la que llega Walter (Alfonso Lara) el padre, trayendo consigo a Emilia (Gloria Muñoz) que fuera su niñera y que termina de encontrar en la calle y le pide que se quede a vivir con ellos. Dentro de la casa tenemos además a Carolina (Malena Alterio) y Leo (David Castillo), su hijo, mientras que afuera de la casa, sentado de espaldas a la casa está Gabriel (Daniel Grao), que permanece inactivo y en silencio durante más de media hora desde el principio de la función.
Este es el arranque de esta historia en la que nada es lo que parece, donde iremos descubriendo que quien creíamos que era el padre, no lo es y que la madre de la que Emilia dice que está muerta, deambula por el espacio con una gran dosis de ausencia de la realidad, mientras su hijo tiene un comportamiento que derrocha un amor exageradamente afectuoso hacia los demás, con el que trata de disimular un pánico absoluto, por que se quiebre la aparente paz que habita dentro de la casa, de la que cada vez que alguien quiere salir, por diferentes motivos, se le impide hacerlo.
La acción irá avanzando, con algún flash back para ayudarnos a recomponer el enorme rompecabezas, que Claudio Tolcachir ha construido en su mente y que es capaz de mantenernos pendientes durante noventa minutos, hasta llegar el trágico desenlace, que nos abre a una serie de dudas, que una vez conocido el final y relaciones reales de los personajes, quizá un segundo visionado de la obra, nos ayudaría a descubrir las pistas que cuidadosamente ha ido sembrando el autor, pero no atendimos, pendientes del drama que se nos estaba contando, algo similar a lo que ocurría con la película de “El sexto sentido” (The sixth sense de M. Night Shyamalan), que al verla por segunda vez descubríamos que la información estuvo allí desde el principio.
El reparto está muy bien, pero especialmente David Castillo componiendo ese adolescente inseguro y temeroso, tan difícil de interpretar logrando el equilibrio entre no pasarse y no llegar, seguido por Malena Alterio como esa madre semi-zombie, metida en una relación que nunca quiso y Alfonso Lara como ese padre dominante y posesivo, con brotes violentos que como todos sólo busca amar y ser amado, pero como todos fracasa el intento.
TEXTO y DIRECCIÓN: Claudio Tolcachir
Os dejo un video promocional de la obra