PINOCHO, musical para soñar
El actor y director valenciano José Tomás Cháfer, cuyo más reciente trabajo “ALADIN, UN MUSICAL GENIAL“, puso el listón de los musicales infantiles a un nivel difícil de igualar, vuelve con otro clásico de la literatura universal: “Pinocho”, el famoso cuento de Collodi que incluso Walt Disney llevó al cine en forma de película animada, contándonos la historia del niño marioneta al que se recompensó convirtiéndole en un niño de carne y hueso.
Muchas compañías teatrales utilizan personajes de cuentos famosos como reclamo hacia los padres para que lleven sus hijos al teatro, lo cual es muy loable, pero hay que vigilar la adaptación que se hace del cuento para que no se pierda la esencia del mismo, buscando la risa fácil y olvidando la parte didáctica del cuento y de lo que quiere contar, por eso nos encontramos carteleras llenas de “Libros de la selva”, “Bellas y Bestias”, “Pocahontas”, etc. por lo que debe ser labor de los padres informarse sobre el espectáculo que llevan a sus hijos, del mismo modo que como adultos se informan antes de elegir una u otra película, orientándose por las referencias que tienen del actor, director, guionista o por lo que haya dicho de ella la crítica.
¿Por qué digo esto?. Porque los niños son esponjas que lo absorben todo y sólo en este mes, he visto varios musicales tachados de infantiles o familiares, que eran de vergüenza ajena. He visto a un actor arrojando caramelos al público decirle a un niño: “Toma, para ti en vez de un caramelo, un cacahuete, como a los monos”. He visto los focos iluminando el pasillo central del patio de butacas, mientras los actores decían su texto desde el escenario a oscuras. He visto meter canciones de autores como Burt Bacharach, Stephen Sondheim o Cole Porter de martillazo, más por deseo de lucirse cantando que por agradar a los niños, que por supuesto no habrán oido nunca esa canción y llegados a este punto sí puedo decir que la productora Trencadis, en las producciones que he visto hasta ahora, tienen un objetivo muy claro: EL NIÑO, mientras que otros inconscientemente pueden potenciar el aburrimiento o rechazo del niño a volver al teatro tras una mala experiencia.
En esta lectura que nos presenta José Tomás Cháfer con el libreto y letras de Josep Mollá se tocan aspectos como la inocencia del niño que confía y cree lo que le dice cualquiera, al mismo tiempo que él “nace” sabiendo mentir como la cosa más natural del ser humano, aunque el hada le avergonzará cada vez que le mienta haciéndole crecer la nariz, así Pinocho debe aprender de su padre a reconocer las mentiras y las verdades disfrazadas, analizando lo que hay más allá de lo que nos dicen. Este mensaje, en estos momentos, cuando vemos cada día a gente de las más altas esferas del país, mintiendo con la mayor de las naturalidades, empleando eufemismos para disfrazar sus malos actos, no están de más para que el niño aprenda a pensar, juzgar y no creer a pies juntillas todo lo que se le dice.
Como todo buen cuento tiene varias lecturas y nos podemos quedar con la historia del carpintero que hace una marioneta que cobra vida, o leer la letra pequeña con todos los mensajes añadidos como que hay gente que engaña y gente que roba, capaz de lo que sea pensando sólo en su propio beneficio, por cierto algo que también vemos en televisión cada día, pero también se nos dice en la obra que el teatro es una especie de escuela y está bien el sinónimo, porque nos ayuda cuanto menos a pensar y es didáctico. También se lanza la idea de que si tienes un deseo y crees y trabajas firmemente en él podrás conseguirlo, además de que si estudias para aprender, el día de mañana tendrás más oportunidades de ser tenido en consideración y podrás acceder a mejores metas, pero todo ello contado, cantado y bailado, buscando entretener y divertir a la vez.
En esta ocasión el guión se sirve de una música con divertidas canciones del compositor villenense Francis J., que se ven realzadas con las coreografías de Pachi Fenollar, muy bien ejecutadas por todo el reparto, sin olvidarse de combinarlo con alguna balada como el bonito dúo del Hada con Pinocho, en el que nos hablan de lo que debe tener un niño, que vuelve a retomarse el tema con diferente letra al final, cuando Pinocho marioneta se rebela porque quiere crecer y dejar de ser niño.
Sólo cinco actores dan vida a los múltiples personajes de la historia que deben vivir un ritmo frenético entre bambalinas, cambiándose de vestuario y personaje, ayudados de las pelucas y caracterización de Inma Fuentes, además de una dirección actoral excelente que consigue que cuando un actor cambia de personaje, entre en otra piel. Nada tiene nada que ver el niño Pábilo con Grillo la conciencia de Pinocho, ni con el zorro embaucador o la marioneta de la feria, aunque todos los personajes los interprete Hugo Ruíz, o Paula Espinosa que cambia de la etérea Hada Azul a la lechera del pueblo, la traviesa niña que va a la feria o la marioneta, así como Maria José Capel que interpreta a la entrañable madre de Pábilo, la despistada gata ladrona, el panadero y la amiga adolescente de Pábilo. Enric Juezas está perfecto como Gepetto y de paso ha construido las marionetas y máscaras de todos, además dar vida al malvado Estromboli y al cochero, sin olvidar a un perfecto Edgar Moreno que construye un Pinocho inocente, cercano, espontáneo, valiente, tierno y divertido.
Estrenada en el Teatro Olympia de Valencia en las Navidades del 2014, volvió al mismo teatro un año después y me asombró encontrarla mucho más rodada y perfilada con escenas como las de la feria, la ballena o el teatro de marionetas de Estromboli mucho más visuales, varios cambios en las letras y la música que han hecho del musical otro producto redondo que llenó en todas las funciones y sigue de gira por España, como podréis consultar en su página de facebook.
MÚSICA: Francis J.
LIBRETO Y LETRAS: Josep Mollá
IDEA ORIGINAL Y DIRECCION: José Tomás Cháfer
Existe el CD con el audio de las canciones a la venta en el teatro.
Os adjunto dos videos con dos momentos del musical: