
El AMARILLO ya no es gafe
Entre las supersticiones que revolotean en el mundillo del teatro existe la de que el color amarillo es gafe y todo por que Moliére murió representando su obra “El enfermo imaginario” cuando iba vestido de ese color, pero lo cierto es que ha habido varios directores que han tenido grandes triunfos vistiendo a sus protagonistas de amarillo.
Me viene primero el tema “Little pretty girl in the yellow dress” escrito por Dimitri Tiomkin y Ned Washington que cantaba Kirk Douglas mientras bailaba con Carol Linley en la película de Robert Aldrich “El último atardecer” (The last sunset, 1961), un interesante western con guión de Dalton Trumbo y un reparto que tenía también a Rock Hudson, Dorothy Malone y Joseph Cotten.
https://www.youtube.com/watch?v=ujUUPOQhdIY
En 1963 George Sidney nos presentaba a una desconocida sueca de nombre Ann Margret en “UN BESO PARA BIRDIE” en el que casi fue su debut cinematográfico, enfundada en un vestido amarillo con una comunicación a cámara de las que no se olvidan.
Luego vendría Disney y para la escena del baile entre “LA BELLA Y LA BESTIA” (Beauty and the Beast, 1991) que vistió de amarillo a la heroína para uno de los momentos más recordados de la película animada, hasta el punto de que cuando volvió a rodar en acción real en la película de 2016, siguió manteniendo el traje amarillo, casi copiando plano a plano la canción que hizo famosa Angela Lansbury en la película original.
https://www.youtube.com/watch?v=343e0ymrvlQ
Pronto llegaría la directora y coreógafa de Broadway Susan Stroman que imaginó una escena con una muchacha entrando en un local vestida de amarillo y se convertía en el centro de todas las miradas, y con esa idea creó un número para el musical “CONTACT” estrenado en 1999, con el que conseguiría cuatro premios Tony en el que incluía músicas conocidas y en concreto para el fragmento de “la muchacha con el vestido amarillo” Stroman escogió la canción “Simply irresistible” de Robert Palmer, en la que un hombre tímido no se atreve a sacar a bailar a la muchacha que le gusta.
Y Damien Chazelle no dudó en el color del traje para el baile de la escena nocturna entre Emma Stone y Ryan Goslin en “LA LA LAND” en 2016, así que podemos decir que el amarillo da buena suerte a las estrellas que lo visten.