PREFIERO QUE SEAMOS AMIGOS
La comedia francesa sigue trayendo agradables sorpresas a nuestra escena con obras muy bien escritas con las que conectamos fácilmente y si a ello añadimos una buena dirección y dos intérpretes que saben sumar con su actuación al resultado final de la obra, es claro que tenemos todas las papeletas para tener un éxito entre manos.
Lolita Flores ya hace tiempo que demostró su versatilidad para adaptarse a cualquier arte y tras sus tímidos comienzos en 1975 como cantante con aquel “Amor amor” vendrían años en los que dio pruebas de su naturalidad delante de las cámaras, presentando programas en televisión o metiéndose en la piel de diferentes personajes, ante una cámara o a pecho descubierto sobre un escenario y por más gratificante que fuera el hecho de recibir un Goya en 2003 por su papel en la película “Rencor”, resultaba algo chocante que fuese como “mejor actriz revelación”.Bien es cierto que aquel premio haría que otros se fijasen en ella viendo más allá de que era “la hija de” y le ofrecieron hacer teatro donde tras la dura experiencia por su papel “Ana el en trópico” en el año 2005, se soltaría el pelo en el divertimento con unos “Sofocos” en el 2012 y 2013, antes de atreverse a sentarse en 2014 en aquel banco de “La plaza del diamante” con el que público y crítica nos rendimos ante la actriz, en la que combinaría durante tres años con su participación en “La asamblea de las mujeres” en el Teatro Clásico de Mérida y que ahora regresa con esta comedia de la mano de la prestigiosa directora Tamzin Townsend, que ha estado detrás de grandes éxitos como “El método Gronholm”, “Palabras encadenadas” o “A un dios salvaje” por citar unas pocas.
Lolita y Luis Mottola coincidieron en el rodaje del cortometraje “Carne” en 2016 y descubrieron la química que tenían trabajando juntos y se comprometieron a buscar un texto con el que subirse a un escenario y jugar con sus personajes. No les fue fácil encontrar el proyecto que les terminase de encajar hasta que cayó en sus manos esta comedia de Laurent Ruquier, un dramaturgo, humorista y presentador de radio y televisión francés, con el que trabajaron con la Tamzin Townsend para adaptarla a nuestro país explotando las capacidades de cada uno de ellos.El texto de partida es bien sencillo: dos amigos, muy buenos amigos que dicen contárselo todo, pero que ninguno de los dos es realmente honesto con el otro, ya que ella está enamorada de él desde el primer instante pero no se atrevió a confesárselo y él a pesar de hacer de ella una confidente de todas sus aventuras, guarda parte de su intimidad que tampoco comparte con su “mejor amiga”, que ya está hasta el moño de ver que siendo tan buenos amigos él tiene rolletes con muchas mujeres, pero con ella sólo se come una pizza mientras ven la televisión y se ríen mucho.
Ella decide plantarse y dar el salto de buenos amigos a folla amigos, pero él retrocede rápidamente porque dice que no quiere romper la amistad tan maravillosa que tienen, porque cree que si se mezclara con el sexo podría dar al garete con todo, pero ella insiste, insiste y vuelve a insistir hasta que se abre la caja de Pandora y afloran una tras otra sorpresas que van a dejarnos con la boca abierta por la que se nos escaparán varias carcajadas.La forma en que está planteada la obra con ellos hablando directamente al público desde la primera escena dinamita la cuarta pared y el público entregadísimo aplaude cada mutis de él o de ella, que confesaron en la rueda de prensa que habían establecido un pacto mutuo por el que en cada función podrían sorprender al otro con una improvisación fuera de guión, para obligarse a estar alerta y no acomodarse en el texto conocido.
La capacidad de Lolita de integrar lo más variopinto en la obra fue aplaudido por el público cuando como se representaba en Valencia y pasaban por la calle del teatro Bandas de música que soltaron algún que otro petardo, perfectamente audibles desde el patio de butacas, ella improvisó incorporando lo que estaba sonando al texto de la obra, además de permitirse cantar algún que otro tema a capela o algún pequeño dúo improvisado con Luis y lucirse especialmente con su versión del tema “No” de Armando Manzanero que canta acompañada de un arreglo a guitarra de Mariano Marín, que es otro regalito de Lolita a su público, ojo, que todas las partes musicales están bien enlazadas con la historia.
Para terminar sólo diré que el teatro estaba lleno, había colgado el cartel de “Localidades agotadas” y me dijeron que las entradas estaban volando por instantes. Lolita al final de la función dio las gracias al público manifestando que era su función ciento cincuenta y que siguen de gira por toda España. No es Shakespeare, ni Tenese Williams, pero el que va a verla ya lo sabe y encuentra más de lo que esperaba.
TEXTO: Laurent Ruquier
DIRECCIÓN: Tamzin Townsend
Termino con un video promocional de la función