JOHN WILLIAMS, Vienna 2020

John Williams iba a dar dos conciertos en Vienna en Enero de 2020. El maestro iba a cruzar el charco para dirigir un concierto en Europa tras casi treinta años sin pisar este continente. La expectación era mayúscula y más cuando el año pasado canceló dos conciertos anunciados en Vienna por enfermedad y el programado en Londres lo tuvo que dirigir brillantemente Dirk Brosse.

Las entradas se agotaron en menos de una hora y eso que el precio de la butaca iba de 140 a 240 euros. Los conciertos serían en el Musikverein, la misma sala en la que se dan los populares conciertos de Año Nuevo. La orquesta sería la Filarmónica de Vienna y contaríamos con una invitada de lujo, la violinista Anne-Sophie Mutter, que terminaba de grabar un disco para la Deutsche Grammophon con música de John Williams adaptado especialmente para violín y orquesta por el mismo compositor, que además dirigía en la grabación a la Recording Arts Orchestra de Los Angeles. ¿Qué más se podía pedir?.Llegó la fecha y al cruzar la puerta de la calle del Musikverein la madre de un amigo mío, antes de llegar al hall, rompió a llorar comentándome que siempre pensó que sería imposible poder ver a John Williams en concierto y estaba a punto de cumplir unos de sus sueños más imposibles. Me contaba que había llevado a su hijo cuando era un niño a ver “La guerra de las galaxias” y ahora iba a ver al maestro en compañía de su hijo y su nieta.

Gente de todas las edades, vestida informal, lejos de los habituales trajes de etiqueta de los amantes de la música clásica, nos agolpábamos en los muchos  guardarropías que hay en el hall ya que no se podía entrar en la sala con cazadoras ni abrigos, ni llevar mochilas, porque el salón es pequeño y no hay espacio, además estaba acondicionado y nos dijeron que hacía más bien calor.Aunque la prohibición de hacer fotografías estaba antes de entrar en la sala en lugares bien visibles, algunos acomodadores llamaron la atención a gente que hacían fotos de la sala antes de que comenzase el concierto, pero en cuanto salió John Williams una fuerza incontrolable hizo que todo el público nos pusiéramos en pie aplaudiendo, vitoreando y haciendo fotos al maestro antes de que llegase al podio. Nunca había visto algo así.

Williams estaba abrumado por semejante muestra de cariño y apoyo, por más que sea algo que se suele producir por donde quiera que va, ya que a estas alturas es consciente de las legiones de admiradores que han abrazado la música de cine gracias a sus composiciones para algunas de las películas más populares de finales del siglo pasado y casi las más significativas figuraban en el programa.El maestro tuvo un gesto entrañable cuando ante el aluvión de vitores y aplausos extendió el brazo hacia el público como queriendo tomar ese cariño y girándose se lo lanzó a la orquesta para terminar el giro devolviéndonos al público su agradecimiento por el apoyo a su persona y su música. Casi tuvo que obligarnos a dejar de aplaudir para poder comenzar el concierto.

Comenzó con “Flight to Neverland” de la película “Hook” a la que siguió la difícil “Excerpts” de “Encuentros en la tercera fase” que tuvo una ejecución impecable y consiguió emocionarme hasta el extremo de que llegué a pensar que el viaje ya había merecido la pena. Acto seguido Williams anunció la presencia de la invitada estrella Anne-Sophie Mutter y curiosamente, para mi, todo empezó a ir mal.El primer tema con la solista alemana fue “Hedwig” de “Harry Potter y la piedra filosofal” y no me sonó bien. Luego llegó el tema de “Sabrina” de la película del mismo título y se me hizo largo, estaba deseando que terminara para ver si en los siguientes temas estaban más inspirados. Algo se ajustó entre orquesta y solista en el “Donnybrook Fair” de “Un horizonte muy lejano” al que seguía “Devil’s dance” de “Las brujas de Eastwick”, uno de mis tantos temas favoritos de Williams que estuvo correcto a mi entender, sin llegar a emocionarme.

Anne-Sophie Mutter abandonó el escenario y Williams nos presentó el siguiente tema en el que habían bicicletas volando que cruzaban por delante de la luna y que le sonaba haberlo escrito mucho tiempo atrás, quizá cuando tenía doce años. Tras las risas del público anunció “Adventures on Earth” de “E.T.” con la que terminaba la primera parte. Debía ser el momentazo del concierto … y algo pasó que aunque comenzó bien, falló en ese momento que despegan las bicicletas y la música te lleva a volar con E.T., Elliott y sus amigos, pero no. No sonó bien.Me sentía mal por el compositor que sabe perfectamente cómo deben sonar sus temas. Una música que ha compuesto y dirigido miles de veces y que aquí no brillaba como debiera. La mayoría de fans en el intermedio sólo hablaban de la emoción de ver al “abuelito” dirigiendo y de la cantidad de gente que estaba llorando en el patio de butacas. Por supuesto el público al terminar cada pieza aguardaba con religioso respeto a que terminase de flotar en el aire la última nota, antes de arrancarse con una salva de aplausos.

La segunda parte arrancó con el majestuoso tema de “Jurassic Park” que sonó firme, potente. Le siguió “Dartmoor” de “Caballo de batalla” y cuando parecía que estaba remontando el concierto le siguió el tema “Out to the sea / Shark cage fugue” de “Tiburón” que no sonaron tan festivas como en la película. El tema de “Marion” fue el escogido de “En busca del arca perdida” y me llamó la atención que no hubiese escogido los temas principales de “Indiana Jones” ni de “Tiburón”, pero confiaba que llegarían con los bises.No podía faltar una suite de temas de “La guerra de las galaxias” que incluyó “The rebellion is reborn”, “Luke and Leia” y el tema principal de la saga. Williams bromeó diciendo que la idea inicial fue de hacer una sola película y él a la vista de Luke y Leia escribió un tema de amor para ellos que cuando tuvo que componer  “El imperio contraataca” se quedó perplejo cuando Lucas le dijo que Luke y Leia no eran amantes sino hermanos. Aunque el broche con el “Main theme” sonó brillante, hubiera sido  mucho más espectacular haber terminado con el “Throne room” que hubiera sido la locura.

Era el final del concierto según el programa pero Williams volvió a sacar a Anne-Sophie Mutter para regalarnos tres bises con ella: “Nice to be around” de “Permiso para amar hasta medianoche”, el “Duel” de “Tintin” y “Remembrances” de “La lista de Schindler”. Aquí estuvieron más inspirados todos. Williams ante tantos aplausos y “Bravos” volvió a subir al podio para regalarnos el tema de “Indiana Jones” y Anne-Sophie Mutter cogió la partitura del atril del primer violín y tocó la pieza como un músico más.Los aplausos y vítores continuaban porque sabíamos que nos faltaba la guinda y Williams cerró el concierto de casi tres horas, incluyendo un intermedio de 25 minutos, con la “Imperial March” de “El imperio contraataca”. Todo el público aullaba, aplaudía y lloraba. Finalmente el maestro con sus casi 88 años se despidió del público, resistiéndose a abandonar el escenario, saludando desde la puerta lateral antes de desaparecer.

Estas son mis impresiones del concierto del sábado. El domingo se repitió el concierto y algunos de los que repitieron comentaron que la orquesta sonó mucho mejor, aún así se filtró la noticia de que tras el concierto del domingo, la orquesta con Williams volvieron a la sala ya vacía de público para grabar algunos pasajes que no habían sonado bien y es que se va a editar en Blu Ray y eso queda para la posteridad y debe sonar perfecto.Personalmente este concierto tuvo el componente emocional de ver a Williams dirigiendo, pero musicalmente estuvo mucho mejor el dirigido por Dirk Brosse con la London Symphony Orchestra del año pasado en el Albert Hall, con un programa mucho más potente y una orquesta con una fuerza que no tuvo la de Vienna, quizá el programa tuvo demasiadas concesiones a la presencia de Anne-Sophie Mutter y la promoción del disco recién editado, que por cierto, es una joya y suena de escándalo.

Vienna estaba nevada y los fans hacían guardia en la puerta de su Hotel recurriendo a las mil y una tretas para pasar al hall y robar una foto con el  maestro. A la salida del Hotel, como el suelo era resbaladizo por la nieve, uno de los porteros sujetó del brazo a Williams en su camino hasta el coche que lo llevaría a la sala de conciertos, que estaba justo en el edificio de al lado. Los fans aplaudieron al maestro mientras uno le gritó: “May the force be with you” (Que la fuerza te acompañe). Una frase que Williams debe haber escuchado miles de veces pero que le vi sonreír al escucharla como pensando: “Así sea”.Esperaremos la salida del Blu Ray para quedarnos como recuerdo de que estuvimos compartiendo su música con él en directo. Gracias maestro por tantas horas de música.

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