VICTOR VICTORIA, el musical
En 1992, con la carrera cinematográfica un tanto en declive, Blake Edwards comenzó a barajar la posibilidad de llevar al teatro su exitosa “Victor Victoria, la película“, afirmando su cualidad musical, y volviendo a contar con Julie Andrews para el personaje, a pesar de contar ya con 60 años. El director supuso que para el público potencial, Víctor/Victoria siempre sería Julie Andrews. Recurrió nuevamente a Henry Mancini y Leslie Bricusse para añadir algunas canciones a otros personajes.
Compusieron un puñado de nuevas canciones (algunas francamente interesantes, como el “Paris Make Me Horny”), y eliminaron otras de la película. Mancini falleció un año antes del estreno y Bricusse sugirió el nombre de Frank Wildhorn (compositor de Jekyll & Hyde) para completar la partitura. Uno de los temas suyos “Living in the Shadows” está copiado directamente de tema de amor de El pájaro espino (The Thorn Birds, Lee Stanley, 1983) de Mancini, por lo que queda de lo más “manciniano”.
El fallecimiento de Mancini (a cuya memoria está dedicado el montaje) fue el primero y más serio de los contratiempos que aquejaron toda la trayectoria del musical. Para empezar hubo de estrenarse en provincias en junio de 1995 y para cuando llegó al Marquis en Broadway en Octubre había tenido que sufrir varios descartes, dejando fuera varios temas antiguos y nuevos. Aun así, aun habiéndose ido ajustando, y estando protagonizada por Julie Andrews y Tony Roberts, dirigida por Blake Edwards y coreografiada por Rob Marshall (futuro director de la oscarizada Chicago, y de Nine), la obra no terminó de cuajar y cerraba el 27 de Julio de 1997 tras haber ofrecido la respetable cifra de 734 representaciones.
Edwards comprobó en primera persona que en el lenguaje cinematográfico y el teatral se manejan estrategias distintas, y hubo cosas que en el montaje no funcionaron. Con este bagaje, al hacerse públicas las candidaturas a los premios Tony, el musical solo recibió una nominación para Julie Andrews, que manifestó, tras meditarlo profundamente, que no era justo ser la única nominada del equipo. Consecuentemente con sus pensamientos, Andrews rechazó la nominación. Finalmente no ganó el premio, pero la polémica levantada sirvió de publicidad a la obra, que tomo nuevo impulso.
El periodo vacacional de Julie Andrews fue cubierto por Liza Minnelli, que metió otra canción en el musical, Who can I tell que compuso para ella Leslie Bricusse. De este modo, en la etapa Minnelli el musical tuvo acreditados tres compositores: Mancini, Wildhorn y Bricusse. La sustitución de Andrews por Minnelli, no jugó a favor del musical puesto que Liza y Tony Roberts no comenzaron con buen pie. El declaró que ella tenía problemas de interpretación, con algunos momentos que se quedaba en blanco o perdía la concentración en la obra.
El entendimiento entre la pareja Minnelli / Roberts tuvo sus problemas ya que ambos estuvieron de baja, ella por una laringitis y él por un resfriado. Finalmente cuando ambos regresaron al show sus declaraciones limaron asperezas. Así Roberts dijo de Minnelli que “es una de las mayores artistas que el mundo del espectáculo ha conocido, y cuando ella dice que juntos hemos tenido grandes momentos en el escenario durante las últimas 18 actuaciones – y algunos de los mejores momentos que ha conocido en el teatro musical – Estoy de acuerdo con ella “.
La vuelta de Julie Andrews parecía que iba a ser la tabla de salvación, pero tampoco fue bien. Julie se resintió de problemas de garganta y se le detectaron unos nódulos benignos. Mientras se sometía a cirugía menor para extirpárselos, dejó la obra en la piel de Raquel Welch, que aportó contundencia y buen humor al personaje, en detrimento de la tesitura vocal, que hubo de adaptarse a la baja. La operación a la que fue sometida Julie Andrews, en principio rutinaria, se complicó más de lo esperado, y la actriz perdió la extensión vocal para cantar. Esto provocó una demanda de 20 millones de dólares contra el cirujano que la operó por haber arruinado su carrera.
Afortunadamente, antes de todo eso, a finales de 1995 se grabó una representación para la televisión japonesa, comercializada en DVD y Blu Ray, que es muy recomendable, ya que ofrece la posibilidad de asistir al montaje tal y como se estrenó en Broadway.
Diez años después del cierre del musical en Broadway, se estrenó en República Dominicana en español, y en España, en el 2005 la productora Stage Enterteinment, dispuesta a llenar la Gran Vía madrileña con grandes musicales, apostó por Jaime Azpilicueta, pionero director de musicales como Jesucristo Superstar, Barnum o Yo quiero a mi mujer (I Love My Wife), para que repitiese con Paloma San Basilio (a la que ya había dirigió en My Fair Lady y Evita) en Victor/Victoria, acompañada de Paco Valladares en el papel de Toddy.
Se realizó un trabajo previo de dos años “para lograr la espectacularidad requerida por el montaje”, según rezaba el programa de lujo del montaje. Y lo cierto es que tenía una puesta en escena espectacular, con efectos sorprendentes y vistosos cambios de escenario, y un ajustado reparto que realizó bien su trabajo. Se vendió además que se recuperaba un tema descartado en Broadway (“Glamour”) y que Bricusse había estado en los ensayos. Pero el montaje no corrió mejor suerte que en Broadway. Las exigencias de la diva Paloma -apropiándose de canciones de otros personajes o utilizando un vestuario inapropiado para el papel que interpretaba- se repitieron, como ya ocurriese en el caso de El hombre de la Mancha donde Aldonza lucía blusas blancas inmaculadas con faldas de terciopelo rojo, para su personaje que anda entre fogones y da de comer a los cerdos.
Aunque puede que no toda lo culpa fuera de eso. Es probable que Paloma estuviera en plan diva y quisiera lucirse, (recuperando también “The Shady Dame From Seville”; o sacando, en la soledad de su habitación, un piano de cola del foso, para que un cañón la iluminase cantando “Vivo entre las sombras”, luciendo un escotadísimo vestido blanco), pero, además, el ritmo de los gags fue excesivamente tedioso por la relajación en las formas, se cargaron las tintas en chistes fáciles, de los que huyó Edwards, poniendo el acento en las gracietas en lugar de en temas más aprovechables, como por ejemplo la doble moral. Todo esto, que en cierto modo ya era predicable del musical de Broadway, se acentuó hasta el extremo en Madrid. Al final, el montaje resultaba premioso, con excesos Paloma San Basilio, con chistes demasiado fáciles y que desmerecían del esplendor de la puesta en escena.
Estrenada el 28 de Septiembre de 2005 tuvo que cerrar el 16 de Abril de 2006, lejos del plazo que esperaban ocupar la Gran Via y no se publicó el CD con el audio de la obra. También se estrenó en otros países de habla hispana como Buenos Aires con Valeria Lynch, o Méjico con Daniela Romo y el español Lisardo Guarinós en el papel de King, que pueden presumir de haber grabado las dos versión existentes de este musical en español. También se vió en Montevideo el año 2007 con Adriana Da Silva en el papel protagonista.La última producción hasta la fecha se hizo en el Southpark Playhouse Theatre de Londres, por el equipo que ya estrenase “Parade” y “Mack and Mabel“, con una puesta en escena limitada por el espacio de que dispone, derrocha buen gusto y con una formación de ocho músicos consigue hacer que por fin los temas de Mancini lleguen llenos de encanto y fuerza. Las interpretaciones de todos son de auténtico lujo. Todo está puesto al servicio de la obra.
Anna Francolini (Victor / Victoria) canta un “Crazy world” impresionante y compone con el resto de la compañia un “Le jazz hot” con una coreografia estupenda. Su dúo con Matthew Cutts (King Marchand), que se nos reveló en el tema “King’s dilema” además, como un cantante excelente, fueron de los números más aplaudidos de la noche y Richard Dempsey (Toddy), mucho más joven de lo que había sido en la obra y en la película hasta el momento, consiguiñó meterse al público en el bolsillo desde su primera aparición.
Todo un lujo para los tiempos que corren poder asistir a un musical “grande” sin revestirlo de megaproducción, pero sin escatimar actores y actrices de primer nivel, con un equipo técnico capaz de reinventar una obra, lejos de copiar clichés muy vistos anteriormente, pero siendo totalmente fieles al original.
MÚSICA: Henry Mancini y Frank Wildhorn (temas adicionales)
LETRAS: Leslie Bricusse
Existe el CD con el reparto original de Broadway y también se publicó el del reparto de Méjico.
La representación filmada en vivo en Broadway con Julie Andrews, en 1995, para emitir por la televisión nipona, puede conseguirse en DVD y Blu Ray. La versión en DVD que se publicó en su momento en DVD en España, llevaba incluidos subtítulos en español, pero debe ser harto difícil de encontrar a estas alturas.
Después de buscarlo durante años, he encontrado el DVD español en una tienda de segunda mano en un sótano del centro de Madrid.
He podido verlo y aunque fue grabado antes de la operación, se nota que Julie Andrews tenía mucha menos voz que años antes. Bien es cierto que ya era bastante mayor para hacer funciones diarias y eso demuestra su profesionalidad y energía. Pero muchísimas partes de las canciones las hace habladas y sólo entona a veces al final de cada verso. Creo que ya le molestaban mucho las cuerdas vocales en ese momento y la verdad es que sufro mucho pensando lo que debió sentir en esos momentos, enfrentarse a la operación y luego el fatal desenlace que le quitaría su herramienta de trabajo y su identidad. Debió ser horrible enfrentarse a ello.
Pues se publicó hace mucho tiempo y al no tener audio en español no tendría ventas masivas, ya que el público en general se quedaría con la película, así es que si alguien lo ha revendido, esa suerte que has tenido.